El sector eólico marino tiene identificadas tres zonas en las costas gallegas con muchas posibilidades para instalar a corto plazo (entre cinco y ocho años) parques offshore y una de ellas estaría en el área de Vigo. Es la de Valmiñor-Atios, concretamente entre Oia y la desembocadura del Miño (Atios sería el punto de conexión eléctrica) que, a priori, ofrecería “un potencial muy relevante” con una gran superficie disponible, un polo de consumo relevante en Vigo, Porriño y norte de Portugal por el gran peso que tiene la industria y porque no hay demasiadas zonas pesqueras sensibles que pudieran interferir en la actividad. Además, la proximidad del norte luso, donde se está desarrollando un polo eólico marino, supondría una oportunidad de colaboración. Así se desprende del estudio presentado ayer por el Galician Offshore Energy Group (GOE), impulsado por Asime, sobre las posibilidades que tiene la comunidad en el desarrollo de esta industria que consideran compatible con la pesca y la acuiltura. 

Las otras dos zonas señaladas por el sector son las de Mariña-Xove en Lugo y Langosteira-Sabón en A Coruña que junto con la del sur de Galicia supondrían la creación de entre 1.000 y 5.000 empleos de alta cualificación hasta 2030, 17.000 GW anuales y un efecto tractor en toda la cadena de valor con más de 200 empresas, centros tecnológicos y universidades. Y también dar impulso a un sector que no está presente en Galicia más que con que empresas que trabajan fuera. Porque en la comunidad no hay ningún parque eólico instalado en el mar (ni siquiera proyectados) y tampoco en España, mientras que en Europa hay 12 países con 69 parques y 5.000 generadores en funcionamiento con Reino Unido, Alemania, Bélgica y Holanda como referentes junto con los nórdicos. “Tenemos un recurso natural muy valioso y supone una gran oportunidad para todo el ecosistema social y económico. No debemos dejar de pasar esta oportunidad”, apunta el presidente de Asime, Justo Sierra. Un discurso que también comparte el vicepresidente económico de la Xunta, Francisco Conde, que destacó  la “responsabilidad común de todos para ver las capacidades de esta energía a nivel energético e industrial, dos vectores de competitividad para el futuro de Galicia", zanjó.

Offshore fuera de zonas de pesca y áreas protegidas

“La pregunta no es si debemos implantar la eólica marina, sino dónde y cómo”, señalan los autores del informe elaborado por GOE-Asime acerca de una industria clave para afrontar los retos que se presentan como la reducción de la dependencia energética de otros países, abordar el incremento en el consumo eléctrico que se espera en los próximos años con la electromovilidad y contribuir a la descarbonización. 

El documento técnico analiza en detalle el potencial de las costas gallegas para acoger parques offshore sin perder de vista las restricciones que supondrían otras actividades como la pesquera. Así, el estudio recoge un cartografiado de zonas sensibles que se descartarían como las de acuicultura y pesca, zonas de especial protección para las aves, rutas de transporte marítimo, recreativas o de patrimonio, entre otras. "La instalación de parques eólicos marinos en Galicia es viable hasta los 38 kilómetros de costa siendo siempre prioritaria la instalación a partir de 8 kilómetros para evitar la visibilidad desde tierra”, indica Pedro Pérez, asesor técnico del GOE. 

Este estudio supone la base para desarrollar la energía offshore en Galicia que dependerá de la ordenación de los espacios marítimos por parte del Gobierno y que, en todo caso, no sería una realidad hasta dentro de varios años, entre cinco  y siete para normativas y dos más para la instalación.