Economía

Calviño asegura que contaba con diez votos "apalabrados"

La vicepresidenta tercera del Gobierno, la coruñesa Nadia Calviño, durante una comparecencia.
photo_camera La vicepresidenta tercera del Gobierno, la coruñesa Nadia Calviño, durante una comparecencia.
La ministra señala que "alguno" de los ministros del Eurogrupo no hizo lo que dijo que iba a hacer

 La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, la coruñesa Nadia Calviño, dijo ayer que España "tenía apalabrados al menos 10 votos" en la votación del jueves para que fuera nombrada presidenta del Eurogrupo. "Pero al final alguno de los ministros no hizo lo que dijo que iba a hacer", añadió la vicepresidenta, que afirmó que "estas cosas pasan" y que el Gobierno español sabía desde el principio que conseguir la Presidencia del Eurogrupo "iba a ser una lucha complicada".
La vicepresidenta no quiso hablar en ningún momento de "traición" y recordó además que el voto era secreto y telemático. "Es imposible de saber, no merece la pena especular. Pasemos página", dijo Calviño, que insistió en que era una carrera complicada. "Partíamos con importantes desventajas porque hay una mayoría de gobiernos del Partido Popular en Europa, porque ya veníamos de una Presidencia de un país, no sólo del Sur, sino de un país hermano; nunca ha habido una Presidencia de un país grande precisamente porque el sistema de voto da más peso a los países pequeños, por no hablar de que soy la única mujer en esa mesa", argumentó Calviño.

la primera vez
La vicepresidenta indicó que ganar la Presidencia del Eurogrupo habría sido la "primera vez de muchas cosas": primera mujer presidenta del Eurogrupo, primera vez de un país grande y primera vez que se hubiera repetido un presidente del Eurogrupo de la misma zona geográfica y del mismo partido político. "Hubiera sido un cambio muy importante respecto a lo que se venía repitiendo hasta ahora", apuntó.
La derrota de Calviño supone un varapalo diplomático para España en su intento por recuperar influencia en las altas esferas comunitarias, dónde está por debajo de otros grandes países de la UE. La elección del exministro del PP Luis de Guindos -a quien también se le escapó la jefatura del Eurogrupo en 2015- como vicepresidente del Banco Central Europeo en 2018, y la del exministro socialista Josep Borrell como alto representante de la Política Exterior en 2019, indicaban una recuperación de la influencia perdida por la crisis. La tendencia se frena con Calviño, que ya optó sin éxito a dirigir el Fondo Monetario Internacional.
Esta derrota, sin embargo, llega en medio de la negociación del fondo de recuperación poscovid, la más importante en años, y con España batallando en Bruselas por un resultado favorable a sus intereses. 
Calviño ha sido en el Eurogrupo la voz del Gobierno a favor de la mutualización de deuda, las ayudas en forma de subvenciones o una condicionalidad mínima, una posición que antagoniza con la de muchos socios. La ministra desligó ayer el resultado de la elección de estas negociaciones y descartado que la victoria de Donohoe vaya a dar alas a las posiciones de los países austeros (Holanda, Austria, Suecia o Dinamarca).
Ahora bien, la postura de España en este debate ha jugado en su contra en una elección en la que, en definitiva, el factor determinante fue la alianza entre varios países pequeños. 

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