El Banco de España propone abaratar el despido

Pablo Hernández de Cos, presidente del Banco de España.
photo_camera Pablo Hernández de Cos, presidente del Banco de España.
Pablo Hernández de Cos pide implantar la llamada "mochila austriaca", financiada con parte de los fondos europeos que recibirá España

El Banco de España destaca en su informe anual del año 2020 la "elevada desigualdad" que existe en las indemnizaciones por despido de los contratos temporales y los indefinidos, un problema que, a su juicio, se mitigaría si se reformara el coste el despido en España y se implantara la llamada "mochila austriaca", lo que propone financiar con parte de los fondos europeos que recibirá España.

Entre las distintas opciones a considerar para reducir esa dualidad, el Banco de España señala los contratos con costes de despido crecientes o un sistema mixto que combine una reforma de los costes de despido con el establecimiento de la "mochila austriaca".

Ésta consiste en un fondo en el que las empresas realizan periódicamente una contribución a nombre de cada uno de sus trabajadores, a los que se permite recuperar estas contribuciones en caso de pérdida involuntaria del empleo (despido o finalización de contrato) o, si no lo han hecho antes, en el momento de la jubilación. En caso de baja voluntaria del puesto de trabajo, el trabajador no perdería el importe acumulado en el fondo: se lo llevaría de "mochila" para seguir ampliándolo con las aportaciones de otros empleadores.

Como contraprestación a las contribuciones de los empleadores, la indemnización por despido se vería reducida.

Con el esquema actual, los ajustes de empleo recaen principalmente en los trabajadores temporales porque su despido es más barato. Además, la indemnización sólo puede percibirse si el trabajador ha sido despedido, limitando su movilidad laboral, ya que si abandona voluntariamente el empleo, pierde la indemnización.

Así, la institución subraya que la implantación de este fondo tendría ventajas a medio y largo plazo respecto a la regulación actual. En primer lugar, argumenta, todos los trabajadores, sin excepción, acabarían recibiendo en algún momento de su vida el importe acumulado en su `mochila`, lo que supondría a su vez un incentivo a la movilidad laboral.

Desde el punto de vista de las empresas, al tener que hacer aportaciones periódicas en lugar de pagar de golpe una indemnización por despido, la implantación de este fondo "permitiría suavizar en el tiempo posibles tensiones de liquidez", apunta el Banco de España, que añade que, con este sistema, los despidos podrían fundamentarse en mayor medida sobre consideraciones de productividad y eficiencia que sobre sus costes.

Pese a sus ventajas a medio y largo plazo, el Banco de España reconoce que la creación de un fondo que financie una parte de la indemnización en caso de despido puede resultar "costosa" a corto plazo, pues si se financiara con cotizaciones empresariales, como sucede con el fondo austriaco, las empresas soportarían un sobrecoste durante los primeros de vigencia del sistema al tener que abonar, simultáneamente, las nuevas cotizaciones y las indemnizaciones por despido acumuladas bajo el esquema previo.

Por ello, el Banco de España afirma que los recursos del programa Next Generation EU podrían ser utilizados para mitigar parcialmente el sobrecoste que asumirían las empresas durante la transición hacia el nuevo esquema y que cifra en unos 8.000 millones de euros tomando como referencia el periodo 2013-2016.

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