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Las auxiliares del naval llevan meses retirando a su personal

n n n  La industria auxiliar del naval lleva meses retirando efectivos de Barreras ante la situación que veían venir, unos han abandonado las instalaciones y otros han dejado algunos trabajadores de forma que la actividad se ha ralentizado en el astillero, donde el silencio es absoluto desde que el jueves cada responsable de departamento comunicó a su equipo la situación tras la tensa junta de accionistas.
Una decisión que no esperaba nadie, ni el propio García Costas, que vio como el accionista mayoritario, Pemex (51%), lo cesaba de forma fulminante a petición de Ritz ante el incumplimiento de los plazos de entrega del crucero, al menos seis meses, y el sobrecoste, de unos 50 millones. Al frente la representante de Pemex, Gracia López Granados.
Una decisión que no arregla nada, constatan en el sector, por lo que confían que forme parte de una hoja de ruta para el astillero, que con dos barcos parados con hitos adeudados y el crucero pendiente de cobro necesita liquidez, que puede llegar por una inyección de capital o a través de la negociación de un preconcurso.
En el sector consideran que en Barreras se han dado muchos problemas todos juntos: primero los  accionistas enfrentados, problemas con los dos armadores con barcos en vigor (Ritz y Havila), un problema de tesorería y el poder acreditar que puede seguir adelante para que la industria auxiliar pueda reanudar los trabajos.
Así que en la solución el astillero y sus accionistas deberían compartir con bancos, avalistas e industria auxiliar información sobre a quién le debe dinero y cuánto. En definitiva la solución pasa por un acuerdo a muchas bandas y se prevé que no será rápida. El objetivo debería ser buscar refinanciación para la construcción y resultar creíbles para la fecha de entrega.
Sobre la amplia cartera de pedidos, que supera los 900 millones, desde el sector señalan que puede convertirse en un lastre y recuerdan a otros astilleros que cerraron con carteras abultadas, como Sevilla con tres barcos (uno fue el que terminó en Vulcano), Factoría Naval de Marín con tres barcos también, Juliana o M.Cíes, con dos oceanográficos que acabó Armón.
En el caso de Ritz hay una garantía de reembolso y un aval sindicado con seis entidades con el objetivo de garantizar al armador el cumplimiento del contrato, tiene un límite máximo de 186 millones.
Barreras cerró el año 2017 (último ejercicio en el que depositó las cuentas) con un pasivo de 122 millones de euros y un resultado negativo de 3 millones de euros, que se suman a los 5,5 millones en negativo de 2016. También hay que decir que los ingresos de explotación pasaron de 39,6 millones en 2016 a los 50,1 millones de 2017. En ese momento, el astillero solo tenía en cartera el crucero de Ritz y a lo largo de 2018 se firmaron otros cuatro buques, el segundo de Ritz, los dos de Havila y un ferri para Armas, viejo conocido del astillero que ha construido en Barreras casi toda su flota. n

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