n n n El exdirector general de la petrolera mexicana Pemex, Emilio Lozoya, será extraditado a México. La Audiencia Nacional acordó ayer el traslado de Lozoya al país azteca para se juzgado en dos causas por asociación ilícita, cohecho y blanqueo de capitales, uno vinculado a la constructora brasileña Odebrecht y otro a la empresa de fertilizantes mexicana Agro Nitrogenados. También se le investiga por la compra del 51 por ciento del astillero vigués Hijos de J. Barreras.
El responsable de Pemex entre 2012 y 2016 fue detenido el pasado mes de febrero en Málaga, cuando accedía a su vivienda en una urbanización de la Costa del Sol tras llevar meses prófugo de la justicia y con una orden internacional de captura en su contra.
En septiembre de 2012, Pemex –con Lozoya al frente– y la Xunta anunciaron la firma de los contratos para la construcción de dos floteles –uno en el astillero Barreras y otro en Navantia-Ferrol– y, algo más de un año después, a propuesta del propio director de la petrolera, el consejo de administración de PMI –filial de Pemex– aprobó la compra del 51 por ciento de las acciones de Hijos de J. Barreras por 5,1 millones de euros.
Esta compra, apadrinada por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo se escenificó en diciembre de 2013, en una visita de mandatarios de la empresa mexicana a Vigo. En esa visita, se anunciaron varios contratos más, un atunero, tres “buques-tanque” y otras tres unidades, que jamás llegaron a producirse.
Más tarde, la bajada del precio del petróleo y el cambio de gobierno en México, donde el presidente López Obrador anunció la revisión de contratos y una investigación sobre la “corrupción” en la petrolera, hizo que Barreras se convirtiese en un quebradero de cabeza para Pemex. De hecho, la estatal azteca ha trasladado su intención de deshacerse de las acciones, y recuperar los 5,1 millones de euros, así como los 8 millones depositados en garantías. n
El responsable de Pemex entre 2012 y 2016 fue detenido el pasado mes de febrero en Málaga, cuando accedía a su vivienda en una urbanización de la Costa del Sol tras llevar meses prófugo de la justicia y con una orden internacional de captura en su contra.
En septiembre de 2012, Pemex –con Lozoya al frente– y la Xunta anunciaron la firma de los contratos para la construcción de dos floteles –uno en el astillero Barreras y otro en Navantia-Ferrol– y, algo más de un año después, a propuesta del propio director de la petrolera, el consejo de administración de PMI –filial de Pemex– aprobó la compra del 51 por ciento de las acciones de Hijos de J. Barreras por 5,1 millones de euros.
Esta compra, apadrinada por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo se escenificó en diciembre de 2013, en una visita de mandatarios de la empresa mexicana a Vigo. En esa visita, se anunciaron varios contratos más, un atunero, tres “buques-tanque” y otras tres unidades, que jamás llegaron a producirse.
Más tarde, la bajada del precio del petróleo y el cambio de gobierno en México, donde el presidente López Obrador anunció la revisión de contratos y una investigación sobre la “corrupción” en la petrolera, hizo que Barreras se convirtiese en un quebradero de cabeza para Pemex. De hecho, la estatal azteca ha trasladado su intención de deshacerse de las acciones, y recuperar los 5,1 millones de euros, así como los 8 millones depositados en garantías. n
