CLEMENTE GONZÁLEZ SOLER Presidente del Grupo Alibérico

"Alcoa acabará cerrando Si el comité de empresa no negocia"

Clemente González Soler.
photo_camera Clemente González Soler.

 A lo largo del día es muy probable que pase por nuestras manos alguno de los productos de aluminio que fabrica Alibérico, el grupo que preside Clemente González Soler: la tapa de mermelada Hero, el envase de Ferrero Rocher, un huevo Kinder, el blíster de cualquier medicamento, el ascensor que nos lleva a la calle, el conducto de ventilación de la empresa, material para trenes, barcos y aviones. Un sinfín de productos que llevan la marca de este gigante con ADN gallego.  En la actualidad integran el  grupo 35 empresas y 17 fábricas en 4 continentes. La compañía da empleo a 1.200 trabajadores y sus productos se venden en más de 80 países de los 5 continentes. Alibérico opera en los sectores de envase y embalaje, edificación, tratamiento de superficies, transporte, industria y energías renovables con productos de aluminio tecnológicamente muy avanzados y con marcas reconocidas como líderes en todo el mundo. En Galicia está presente a través del Grupo Alumisán, aunque también fue candidato a hacerse con Alcoa en 2016. Hoy se muestra preocupado por el futuro de esta factoría. 

Son muchos los que lo quieren al frente de Alcoa  y buscar una solución para esta empresa. 
Yo soy gallego y muy vinculado a Galicia. Tenemos  una participación en  el grupo Alumisán, que está integrado por seis empresas. En el año 2016 estuvimos negociando y a punto de comprar las tres fábricas: Avilés, Coruña y San Ciprián. 
No lo hicimos porque no teníamos una estabilidad y unas garantías sobre el precio de la electricidad. Hay un problema con el precio de la electricidad en este país que hay que solucionar, porque producimos electricidad de forma más económica que otros países de Europa, pero estamos recargando la factura con una serie de peajes que no deberían estar en la factura, sino en los Presupuestos Generales del Estado. Eso hace que nuestros costes industriales sean más altos, y nuestra competitividad más baja. 
En la Cumbre del Clima celebrada en el mes de junio di una charla en la que la mitad de mi intervención fue para defender que se mantenga abierta la planta de San Ciprián. Esa fábrica no se debe cerrar. 
Considero que hay muy buena actitud por parte de la Xunta y por parte del Ministerio, y creo que también por parte de Alcoa. Pero creo que el comité de empresa debe negociar.

¿Considera que el comité de empresa se está equivocando?
Sí, creo que se equivocan. Sobre todo después de haber ganado dos juicios. Cuando uno gana tiene que tender la mano para negociar y hablar, no para seguir poniendo condiciones. Están perdiendo clientes ,  y un cliente tardas mucho en conseguirlo, pero muy poco en perderlo. Te tienes que buscar nuevos proveedores, y eso es el final. A mí me han paralizado la planta de Sabiñánigo porque no dejaron salir la producción. No hay derecho a eso. Ese material se transformaba primero en una planta de Amorebieta y luego venía a nuestra empresa de Huesca. Yo soy el primer defensor de San Ciprián, de la continuidad de esa planta porque creo que la producción de aluminio primario es estratégica para el país. En diciembre he tenido paralizada la planta de Huesca con 107 personas. No hemos podido producir, ni facturar, es un tremendo error del Comité que pierde clientes cada día.
¿Ve alguna salida para la situación actual de Alcoa?
Yo creo que la Xunta ha hecho un esfuerzo enorme y el Ministerio también. Creo que ambos han estado intentando buscar una solución desde el principio. Pero creo que el  comité de empresa se equivoca. Y si no hay acuerdo está claro que esa fabrica se cierra. Y quien la habrá cerrado es el comité de empresa. Es muy duro, pero es así. Creo que lo primero que hay que hacer es desconvocar la huelga, sentarse a negociar y llegar a acuerdos. La Xunta quiere, el Ministerio quiere y también Alcoa quiere negociar. Es el comité de empresa el que debe decidir ahora.

Acabamos de cerrar el ejercicio de 2020. ¿Cómo ha sido para el grupo Alibérico?
Ha sido duro. Muy duro. Sobre todo los dos primeros meses de confinamiento de marzo y abril. Teníamos un problema de incertidumbre porque desconocíamos lo que iba a pasar. Estábamos hablando con el Gobierno y no sabíamos si nos iban a cerrar las fábricas o si podríamos seguir trabajando. Teníamos el caso de la planta de Sabiñánigo, Iberfoil, que es la única en España que hace espesores finos, los que se utilizan para farmacia, y que eran esenciales para poder envasar miles de tipos de medicamentos. Estuvimos trabajando las 24 horas del día, sin parar.  Alguna fábrica la cerramos diez días, las que más dos semanas, pero el resto han trabajado todo el año. A ello nos ayudó que el transporte siguió funcionando y que las fronteras seguían abiertas. Y también que estábamos muy diversificados, tanto en segmentos de mercado, como geográficamente, porque estamos en ochenta países.  Por eso hemos conseguido cerrar el año 2020 con un volumen de ventas igual al de 2019, y con resultados ligeramente mejores que en 2019.

¿Para este ejercicio cuáles son los proyectos que tiene encima de la mesa?
Para nosotros 2021 será un año importante porque vamos a crear dos fábricas nuevas. Seguimos una estrategia de crecimiento que tiene que cumplir dos objetivos: ser rentables y ser sostenibles. Tenemos una visión a largo plazo, del que se tienen que beneficiar nuestros trabajadores, nuestros proveedores y el entorno donde estamos instalados. Vamos a invertir sobre todo en España y vamos a lanzar una gama de productos nuevos dirigidos al sector sanitario. Ya hemos sacado unas cabinas para desinfectar epis que es una auténtica novedad.

El peso de la industria es cada vez menor en España. ¿Deberíamos cambiar de modelo productivo?
Tenemos un problema de ausencia de modelo industrial en España. El peso del PIB está en el 12%. Hace 50 años teníamos veinte puntos más de PIB en la industria. Hemos llegado a tener el 32%. Hay que apostar más por la industria por varios motivos: porque es la que genera mayor innovación, la que aporta más a las exportaciones, paga más que la media de cualquier sector, y el 97% de los empleos son estables. Hay un problema que me preocupa mucho y no veo a nadie que hable de él. Tenemos unas tasas de paro entre los menores de 30 años del 47 %, es algo inadmisible. Solucionarlo es el gran reto que tenemos por delante como nación.n    

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