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130 buques gallegos y 1.700 tripulantes, en vilo ante un posible Brexit duro

La presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero y el conselleiro de Economía, Empleo e Industria, Francisco Conde
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Así lo han trasladado los representantes de ese sector y otros ponentes que han participado en una jornada organizada por la fundación Fundamar en la sede de la Cooperativa de Armadores de Vigo, bajo el título `Los retos sociales del sector pesquero ante el Brexit`.

 

La posibilidad de una salida sin acuerdo de la UE del Reino Unido, el conocido como `brexit duro`, tiene en vilo al sector pesquero gallego, concretamente a 130 buques que faenan en Gran Sol y Malvinas y a sus 1.700 tripulantes, y, por extensión, a todos los eslabones de la cadena comercial.

Autoridades, representantes de la comunidad académica y científica y de organizaciones sindicales han participado este lunes en un foro organizado por la Fundación para la pesca y el marisqueo (Fundamar) para analizar las consecuencias de un hipotético brexit duro.

La profesora de Economía Aplicada María do Carme García Negro, de la Universidad de Santiago de Compostela, ha indicado que los principales riesgos que afrontan la flota gallega y española son su eventual expulsión de estos caladeros y la pérdida de los derechos pesqueros en los mismos.

"Si se ponen locos, como parece que están, el 31 de octubre nos echan de sus aguas. No hay en la UE de los 27 ni en el Gobierno español previsión alguna respecto de qué hacer entonces", ha planteado, pues todo se guió hasta este momento en un código de buena conducta para minimizar daños y en la reciprocidad.

El otro escenario posible, ha ahondado, es que haya "un poco más de sentido común y de buena conducta" y haya una especie de prórroga, también prevista en el plan de contingencia español, que se llama "espera final a remate del contrato".

"Lo esperable, lo normal en las relaciones pesqueras, comerciales y financieras internacionales, es tener la buena fe de dejar acabar el contrato", ha agregado.

Otro de los temores del sector pesquero gallego y español es que "después de que nos echen se queden con todo el pescado de sus aguas", ha dicho.

"Ellos son propietarios de un derecho que pienso que quieren traficar como un derecho financiero. Esa es su fortaleza (...) Todo lo que se puede resolver con dinero es salvable. Si hay que comprar derechos, habrá que comprarlos", ha reflexionado.

García Negro ha indicado que el sector pesquero está legítimamente en condiciones de solicitar como una parte de las negociaciones entre UE y Reino Unido que se cumplan "todas las previsiones de prórroga de contrato, que contemplarían el ejercicio del mismo derecho durante al menos hasta diciembre de 2020".

"Hay mucho que debatir. Esto no es ni automático ni inmediato ni nos van a matar, pero es un problema muy gordo", ha resumido de forma tan gráfica las consecuencias de un hipotético brexit duro.

Respecto al impacto en el comercio exterior, ha indicado que las importaciones gallegas del Reino Unido es una componente "más interesante para ellos como venta que para nosotros como compra".

Ha planteado que "si nos echan, no hay ningún tráfico de camiones, no podemos desembarcar... tendríamos un pequeño problema en Navidades, pero eso se puede sustituir por congelados".

"Ellos, en cambio, son tan dependientes de un sector exterior estratégico y crítico" como el pescado fresco, no almacenable, que "o entra todos los días o tendrán un problema, igual que la fruta mediterránea", ha apuntado.

García Negro ha advertido de que se trata de un tema tan complejo desde las perspectivas política y jurídica, y de la colisión de "tantísimos intereses que entran en juego", que el análisis científico de las consecuencias de un brexit duro es especialmente complejo.

Ha hecho hincapié en que una de las principales incertidumbres es la vertiente política, ya que habrá que ver si el primer ministro británico, Boris Johnson, acatará la decisión del Tribunal Supremo, que debe pronunciarse en los próximos días si quebrantó la ley al ordenar la suspensión del Parlamento en un momento crítico para el país.

También ha participado en la jornada organizada por Fundamar el secretario general de la confederación española de pesca (Cepesca), Javier Garat, quien ha expresado su inquietud por la persistencia de la "grandísima incertidumbre".

Garat ha señalado que el sector "no quiere un brexit duro" sino más bien "seguir con el acuerdo de retirada y la declaración política que nos daba un margen de dos años para poder negociar un acuerdo de pesca, y mientras tanto la flota seguiría pescando en aguas del Reino Unido y el mercado seguiría abierto para ellos".

Ése es el planteamiento que el sector trasladará este miércoles al negociador de la UE para el brexit, Miguel Barnier.

Según Garat, "no tiene sentido ese brexit duro en el que lo que se pretende es sacar a nuestra flota de esas aguas porque las consecuencias pueden ser muy graves no solo para España sino para toda la UE y para los británicos".

Ha cuantificado en 89 barcos de pabellón español afectados en Gran Sol y otros 24 en Malvinas, exceptuados los de otros pabellones con capital español.

Garat ha indicado que, a diferencia de otros sectores, en el pesquero, en concreto el de los barcos, "es muy difícil" hablar de planes de contingencia ante un brexit duro.

Y lo es porque "las alternativas que existen es que bien se produce un desplazamiento del esfuerzo pesquero y te vas a las aguas de Irlanda o Francia, o te quedas parado, porque no se puede uno inventar los caladeros", ha sintetizado.

La segunda alternativa "sería terrible" por su impacto socioeconómico, y la primera, complicada, porque "ahí tienen el mismo problema franceses, irlandeses, holandeses, daneses, belgas".

Ese hipotético desplazamiento a aguas de Irlanda o Francia podría provocar "un incremento considerable" de barcos en estos caladeros y "un conflicto social importante", aparte de los problemas derivados del transporte del pescado de un lado a otro por los aranceles... "es una situación muy preocupante", ha admitido.

El conselleiro de Economía, Empleo e Industria, Francisco Conde, ha advertido del "enorme impacto" de un posible brexit duro, "impredecible" tanto en el corto como el medio y el largo plazo y ha subrayado la importancia de la coordinación entre administraciones y agentes para que Galicia cuente con un posicionamiento unívoco.

Aun en el mejor de los casos, Conde ha reconocido que el brexit implicaría una serie de condicionantes que ahora no existen como aranceles, controles aduaneros y trámites administrativos.

Ha garantizado que la Xunta respaldará al sector pesquero, y como muestra ha aludido al reciente viaje del presidente, Alberto Núñez Feijóo, a Argentina, que el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Javier Touza, le ha agradecido.

La presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, han coincidido en destacar la capacidad del sector pesquero gallego de afrontar lo que está por venir, por complicado que sea.

Caballero ha aprovechado la presencia de Conde para trasladarle el mensaje a la Xunta de que una nueva ampliación del Ifevi es "absolutamente imprescindible"

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