TENIS

Un viaje con más tenis que testiculina

El trayecto de Nadal continúa tras su décimo novena parada.
photo_camera El trayecto de Nadal continúa tras su décimo novena parada.
La carrera de Rafael Nadal está repleta de momentos épicos. De situaciones adversas superadas que le han hecho volverse gigante.
También de victorias avasalladoras -y algunas derrotas-. Precisamente por todo eso se ha aludido a la grandilocuencia y la elevación a los altares de sus órganos genitales. Como si solo con ellos se pudieran ganar 19 Grand Slams y 33 Másters 1.000. Rafa Nadal es, por encima de todo, un extraordinario tenista. La constancia y el no rendirse es importantísimo. Saber cómo jugar en cada momento, también. 
Ante Daniil Medvedev, en la madrugada del domingo al lunes, supo leer los tiempos del partido a la perfección. En los momentos clave de los dos primeros sets, para tomar ventaja. Y, en el quinto, tras el alubión del ruso, para frenar su ritmo y adaptar su táctica de juego de la mejor manera. Cambios constantes de altura, ralentización entre punto y punto y una insistencia ganadora con golpes cortados sobre la derecha de Medvedev, su peor golpe. Así, los errores de su rival empezaron a crecer como la espuma. Luego, su extraordinaria precisión y sangre fría en los momentos decisivos hicieron el resto.
Explicar esto tendrá, seguro, mucha menos heroicidad que los adjetivos relativos a la testiculina del balear. Sin embargo, se ajusta mucho más a una realidad que dice que ha evolucionado su tenis año a año. Mejor en cada temporada. Cada vez mejor servicio, mejor volea, mejor juego cortado y más agresivo. Cada vez mejor tenista. 
A veces es más fácil explicar procesos complicados con argumentos simples. Como los números. La figura de Rafa Nadal en la historia del tenis es enorme. Gigantesca. Lo es hoy, unas horas después de ganar su décimo noveno Grand Slam y su cuarto US Open, lo era antes de la final contra Medvedev y lo será pase lo que pase desde aquí hasta su retirada. Incuantificable. Precisamente por ello es tan importante disfrutar de su grandeza dentro de una pista de tenis. Torneo a torneo, partido a partido, punto a punto. 
A veces obsesiona tanto alcanzar un destino que se deja atrás algo tan importante -o más-: disfrutar del itinerario hasta llegar a él. Gozar del viaje. Porque una valoración tan extremadamente compleja, abstracta y con tantas aristas como una clasificación histórica de cualquier faceta no puede depender de levantar un trofeo más o menos. Nadal se ha ganado en todos estos años estar entre los más grandes de este deporte.  Cada persona tendrá argumentos a favor o en contra para que lo sea Nadal, Federer o incluso Djokovic -por no hablar de leyendas del pasado-. Lo único indudable es la fortuna que tienen los amantes de este juego de atesorar en la misma época a tres campeones de tanta dimensión -cuatro, si se incluye a Serena Williams-. Por todo ello, es tan enorme poder disfrutar de este viaje tenístico. Y, además, hacerlo todo el año. n

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