Aunque pueda parecer lo contrario, no es tan fácil como parece llegar al fútbol profesional con tan solo 22 años. Brais Martínez (Baiona, 2001) lo ha conseguido con el Racing de Ferrol. Pero no solo eso. El más difícil todavía. Ha subido una categoría por temporada. Desde la División de Honor juvenil con el Val Miñor, pasando por el Alondras en Tercera, el Bergantiños en Segunda Federación y el propio Racing en Primera RFEF, con el que ascendió hace un par de meses. Ahora es jugador de Segunda División. Y lo que queda.
¿Cómo fue el debut?
Estoy muy contento. Y ya no solo por debutar sino por la manera en la que lo hicimos, ganando el Elche, que es un campo complicado, con un rival muy fuerte en la categoría que acaba de descender de Primera. Así que así da gusto debutar.
¿Esperaba ser titular?
Por la semana puedes intuir más o menos quién puede jugar o quién no. A veces hay alguna sorpresa. No tenía claro si titular o no, pero yo sabía que tenía mis opciones.
¿Pasó bien la noche anterior?
Muy tranquilo en el hotel. La verdad es que lo estuve toda la semana. Sí que hubo algo de nervios justo antes de salir a jugar y al ver el estadio, pero una cosa mínima.
¿Hay mucho salto de ritmo?
Durante la pretemporada ya estás con gente que tiene ritmo de Segunda y es cuando te vas adaptando. Es verdad que en la primera parte, tanto mis compañeros como yo nos vimos un poco superados por el Elche y por su ritmo. Pero luego nos fuimos adaptando y cogimos el control del partido.
Ya que habla de adaptación, a usted se le da fenomenal. Una categoría por año.
La verdad es que yo no contaba ir subiendo tan rápido. Para mí es un orgullo y un privilegio haberlo conseguido y estar ahora en Segunda División.
¿En qué salto notó mayor diferencia?
Ahora mismo solo llevo un par de jornadas en Segunda y ahí no sabría decirte porque tengo que ver cómo me voy a desenvolver. Pero, de momento, la que más noté fue de Segunda Federación a Primera. Es verdad que pasé de un equipo como el Bergantiños, que peleaba en la parte media, a otro como el Racing con el objetivo de ganar la Liga y ascender, que al final lo hicimos. No es lo mismo que entrar en un equipo de mitad de la tabla para abajo. Así como de División de Honor a Tercera no me costó demasiado, este salto sí que fue grande y me costó un pelín adaptarme.
¿Cuánto ha mejorado desde que estaba en Val Miñor?
Mucho. Y en cuanto al entendimiento del juego y a toma de decisiones, aún tengo bastante que mejorar. Sigo aprendiendo. Pero fuera del campo, en temas de alimentación, de concentración y otros temas que no se ven, tuve que cambiar bastante mis hábitos.
El fútbol siempre va rápido y en su caso mucho más. ¿Se para a pensar alguna vez que hace tres años salía de Nigrán y ahora está en fútbol profesional?
¡Uf! (se ríe). Es verdad que ahora lo tengo bastante asimilado. Pero a veces te paras a pensar y... ¡guau! Qué rápido todo. Y también qué suerte he tenido de estar en el lugar indicado y en el momento indicado. Eso influye.
¿Cómo fue ese ascenso?
Ese ascenso me cambió la vida. A principio de temporada lo veías como que estaba ahí, pero también lejano. En los últimos meses, ya sí que estuve bastante nervioso y con tensión porque había mucho en juego. Veías a la ciudad volcada con el equipo y a mí me generaba presión. Una bonita y buena, claro, pero una presión al fin y al cabo.
¿Y a qué le huele la nueva temporada?
A que va a ser muy bonita, pero también dura. Seguro que vamos a tener momentos fastidiados, en los que puedas encadenar varios partidos sin ganar. Ahí hay que estar anímica y mentalmente fuertes para no venirnos abajo. Pero, en general, tengo claro que va a ser una temporada que vamos a disfrutar mucho.
¿Qué objetivo se marca a nivel individual?
Mejorar todo lo que pueda, jugando todo lo que pueda y lo mejor que pueda.
¿Algún equipo o estadio que le genere especial ilusión?
No me fijo mucho. Es verdad que los estadios grandes, con mucha afición, siempre impresionan y apetecen. El del Elche, por ejemplo, fue un estadio muy chulo. Y creo que el del Espanyol también lo es. A todo el mundo le gusta jugar en los mejores escenarios.
¿Y qué tal Iker Losada al margen de ese gol?
Lo estoy viendo muy bien. Ya lo conocía de jugar contra él toda la vida y tenía claro que es un chico con unas condiciones muy buenas. La verdad es que se está adaptando muy rápido y está dando un rendimiento inmediato.
Al hilo de Losada: siendo de esta zona, ¿tiene más mérito llegar al fútbol profesional sin pasar por el Celta?
No lo creo. Al final hay muchísimos niños que pasan por la cantera del Celta y no lo consiguen. El mérito de llegar es el mismo, independientemente de dónde vengas.
Se lo pregunto porque en el Racing se juntan usted, representando a Val Miñor, y Manu Justo, que aunque jugó en el Celta B se formó en el Areosa. Hay buenas canteras en el área.
En Vigo y toda la zona hay un trabajo de cantera muy bueno. Por eso salen de estos clubes muchos chicos que acaban pasando por el Celta. Y otros, como nosotros, llegamos al fútbol profesional sin hacerlo. Ahí está el caso de Santi Comesaña también, los hermanos Alcántara... Puede hacerse.
A esta escalera le queda un peldaño. Habrá que intentar subirlo.
¡Hombre! A mí me gustaría lo mismo que a cualquier futbolista, que es llegar a Primera División. Pero ahora mismo ya no sé si toqué techo, si no... No tengo ni idea. Aún soy joven y tengo mucho que mejorar. Poco a poco. Pero ojalá pueda seguir subiendo y llegar a Primera.