El protocolo confeccionado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) para los deportistas profesionales y de alto nivel entró ayer en vigor y fueron muchos los que aprovecharon esta primera jornada para entrenar sin restricciones horarias y con el único límite de las fronteras de su provinca, tal como marca la norma. Aunque la mayoría pudo trabajar sin problemas, se registraron algunas incidencias, sobre todo por el desconocimiento de los ciudadanos en general y de algunos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El ciclista moañés Delio Fernández explicó que "pude entrenar con normalidad, aparte de más de una mirada extrañeza de la gente al verme. Además, me paró la Guardia Civil para pedirme explicaciones y les mostré toda la documentación que llevaba, la licencia deportiva y una copia del BOE. Educadamente lo anotaron, pero no quedaron muy convencidos. Parece que lo iban a comprobar. Supongo que será muy extraña esta excepción porque somos pocos los deportistas profesionales en la zona, pero la gente tiene que entender que mi trabajo es entrenar".
Peor le fueron las cosas a otros deportistas de alto nivel. Durante su entrenamiento por Segovia, Javi Guerra, vigente campeón de España de maratón, fue increpado, según denunció el propio atleta en su twitter. "Por lo que estoy leyendo, no he sido el único al que le han increpado en mi entrenamiento de hoy. Por mi condición de DAN puedo entrenar a cualquier hora del día, pero no debe ser suficiente. Habrá que entender que estamos en una situación extrema, pero siempre con respeto", confesó.
Otro atleta, Carlos Mayo, campeón de Europa sub-23 de 10.000 en 2017, relató en las redes sociales lo vivido en Zaragoza. "De las 50 personas (aproximadamente) que me he podido cruzar (la mayoría mayores de 65 años, puesto que me encontraba en su franja horaria para disfrutar del paseo al aire libre), he recibido cinco llamadas de atención verbales, incluyendo a una señora gritando desde su balcón. He sentido muchísima impotencia porque considero que no estaba haciendo nada malo, cumpliendo las normas y realizándolo en un horario determinado por los motivos que ya he expuesto. Por supuesto, entre estas llamadas de atención no incluyo las miradas que hablan por sí solas", confesó Mayo.
La mayoría de los deportistas, sin embargo, pudieron entrenar con normalidad. En piragüismo, el cangués Rodrigo Germade entrenó en el embalse de Trasona, en Asturias, junto con su compañero en el K4 español Saúl Craviotto, mientras que Antía Jácome acudió al río Lérez, donde también se se ejercitó Adrián Sieiro. La canguesa Teresa Portela tuvo ayer sesión de trabajo en casa y no saldrá al agua en O Grove hasta hoy.
En cuanto al deporte profesional, el Valencia Basket de ACB, en el que milita el vigués Alberto Abalde, sometió a sus jugadores a pruebas médicas. Fueron llegando de uno en uno y se sometieron al test del Covid-19.
De Marc Gasol a Pablo Cabello, una larga lista
Los deportistas de alto nivel (DAN) son aquellos que han sido reconocidos como tales por el Consejo Superior de Deportes (CSD), una larga lista que va desde caras conocidas como el jugador de la NBA Marc Gasol hasta deportistas que han destacado en modalidades con menos seguidores, como el regatista vigués Pablo Cabello, campeón del mundo de Vaurien.
En la última actualización de la lista de DAN publicada por el Consejo Superior de Deportes, en diciembre del año pasado, figuraban 1.438 deportistas, entre ellos un buen número procedentes de Vigo y su área. El piloto de trial Jorge Casales, la golfista Marta García Llorca, la jugadora júnior del Celta Zorka Recalvi Noa Comesaña, el remero Rodrigo Conde, el regatista Nico Rodríguez, la triatleta paralímpica Susana Rodríguez Gacio, el jugador del Amfiv Agustín Alejos, el deportista de Mushing Óscar Piñeiro, el atleta con discapacidad intelectual Fran Pérez y los palistas Teresa Portela, Ainhoa Lameiro y Rodrigo Germade son algunos de ellos.
También se encuentra en esa lista el piragüista Roi Rodríguez, que volvió a los entrenamientos ya el sábado. "Tengo la suerte de vivir en Tomiño, junto al río, y el sábado tuve que cargar con la piragua a pie, que son unos diez minutos, pro hoy (por ayer) ya pude usar el coche para transportarla. La verdad es que tuve mejores sensaciones de lo que esperaba", afirma.
