CELIA GARCÍA. Jugadora del Celta Zorka Recalvi

"El club va hacer un equipo para estar en la zona alta"

CELIA GARCÍA
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Celia García (Valladolid, 15 de octubre de 1995) renovó por una campaña con el Celta Zorka Recalvi tras llegar al club en febrero de 2019 y mantener sus números esta campaña, a pesar de los malos resultados del equipo vigués, que terminó lejos de la zona de 'play-off' de ascenso, su objetivo. 

¿Por qué decidió quedarse?
El club quiere volver a hacer un equipo competitivo con la idea de regresar a los puestos altos y meterse en fase de ascenso. Es algo que me atrae y la entidad me permite mejorar como jugadora, lo que también es importante. 

¿Tuvieron que convencerla después de los resultados de la temporada actual?
Esta campaña resultó atípica y no sólo por la forma de terminar. No fuimos capaces de competir contra los equipos de arriba y no fuimos nada constantes dentro de los partidos. También por la forma en la que se terminó, me apetece volver a intentarlo, a competir y a buscar el objetivo de estar arriba. El club tiene la idea de formar un conjunto de nivel. Ya hay tres renovaciones que formarán un poco la columna vertebral -Lacorzana, Coello y Celia García- y, a partir de ahí, intentarán crecer y sacar un conjunto competitivo. 

Venía el club de dos fases de ascenso, ¿cómo se gestiona el no estar al nivel de los años anteriores? 
A nivel personal lo noté menos porque sí que estuve en los números que estaba haciendo, pero queda ese sabor agridulce. El trabajo día a día creo que fue bueno, las cosas salían, pero en los partidos no llegábamos a la altura y pasa factura. Hubo pocos cambios en el equipo, se perdió una baza notable como era Raquel Carrera, y lo notamos más de lo esperado. Pero esto es baloncesto, no son matemáticas en las que una más una son dos. No cumplimos las expectativas que esperábamos. 

Usted estudió psicología, al no alcanzar lo que esperaban, ¿llegaron a bloquearse?
Tenemos a Pelayo en el cuerpo técnico, que es el psicólogo y nos echa una mano. Pero, bajo mi punto de vista, veníamos de hacer dos temporadas tremendas, de ganar el campeonato con falicilidad, y ver que no logras competir y que pierdes partidos es algo que afecta.  

¿Lograban mantener un ambiente positivo?
El ambiente es muy bueno, el cuerpo técnico hace un gran trabajo y el grupo humano siempre fue bueno. Los resultados no eran los esperados, pero la dinámica siempre se mantuvo positiva. En el deporte, siempre te relacionas con la gente con la que trabajas. Lo comentas a la hora de la comida y así, pero también tratamos de evadirnos y hablar de otras cosas porque, si no lo haces, no es productivo.  

¿Continúa en Vigo?
Sí, aquí sigo. El gobierno sólo permite ciertos viajes y yo no entro en esos desplazamientos que se permiten porque no estoy empadronada en casa de mis padres ni tengo el DNI en casa de mis padres. Sigo en Vigo en un piso esperando que se permita el viaje interprovincial para ver a mi familia. Incluso he contactado con la subdelegación del gobierno y con la policía, pero ni caso. No tengo permitido viajar. 

¿Cómo se encuentra?
Estoy bien y ahora que puedo salir a correr y a entrenar un poco, me encuentro mejor. Hablo con Mario Muñoz, que es el preparador físico, para trabajar otros aspectos del juego que, normalmente, no los podemos trabajar. Resido con mi pareja aquí y, menos mal. Si hubiese quedado aquí sola, creo que sería la hecatombe, no lo quiero ni imaginar. 

Su madre jugadora y su padre, Paco García, entrenador y de alto nivel. ¿Comenta cosas de los partidos con ellos? 
Me dejan totalmente libre. Mi madre fue jugadora de alto nivel y mi padre entrena en ACB y, claro que hablamos de baloncesto, pero lo que yo no hago es hablar del Fuenlabrada que entrena él, ni él se pone a comentar al Celta Zorka. Hablamos de otros equipos o jugadores. A mí no se me ocurre meterme en el trabajo de mi padre ni él piensa en meterse en el mío. Tengo que decir que nunca me hizo ningún comentario sobre mi juego. Puede darse, como mucho, que le pregunte qué le parece una u otra jugadora si se anuncia su fichaje por el equipo en el que estoy. Así es lo único, pero siempre en ese tono familiar. 

¿La vienen a ver de vez en cuando? 
Este año vinieron a Vigo al inicio de temporada, pero después con la llegada de mi padre al Fuenlabrada, ya se complicó. A ellos les gusta verme jugar y venir a Navia. 

¿Encontró en Vigo el club que esperaba? 
Sí, estoy muy cómoda aquí. Venía de estar en Liga Femenina 1 con pocos minutos y no disponía de confianza. Se me hizo cuesta arriba. Llegar aquí fue una bocanada de aire fresco y el cuerpo técnico es como si estuviéramos en la máxima categoría, con mucha gente con ganas de ayudar. Y la estructura del club es admirable, con un montón de niñas y equipos de cantera que compiten a un alto nivel. El primer año entrené al infantil y este año estuve en el preinfantil. Seguro que el año que viene me ponen en alguno porque es algo que me gusta mucho. 

¿Está contenta con su rendimiento habitual? 
Igual me faltó algo de constancia. He tenido partidos en los que pude ayudar mucho al equipo, pero en otros no he aparecido lo que se esperaba. También es algo que le pasó al conjunto, en general. Unos día estuvimos muy bien y otros no llegamos a lo esperado. De cara a la próxima temporada quiero dar un paso adelante y ser más constante. 

Usted es aplicada en defensa, ¿Cristina le pidió más cosas en ataque? 
Me pide que en defensa pueda estar sólida, sin errores, también que contribuya en el rebote, que es una de mis cualidades, tanto ofensivo como defensivo y, a partir de ahí, que tenga confianza. Quiere que no me preocupe si fallo un tiro, que si vuelvo a tenerlo, lo tire otra vez. Igual es lo que más me cuesta. En defensa, es algo que lo tengo, que está en la mochila, pero es cierto que en ataque igual me atraganto más. 

¿Disfruta más defendiendo? 
Yo, disfrutar, disfruto mucho cogiendo rebotes. Mido 1,80 metros, no soy la más alta, pero me llevo rebotes, de vez en cuando, que los disfruto. Es un poco también como va tu carrera. Al venir de Liga Femenina 1, en la que apenas tenía papel en ataque, te cuesta un poco más. Me tengo que meter la idea en la cabeza la idea de que, si fallo un tiro, puedo intentar el siguiente. No pasa nada. 

¿Se ve como psicóloga deportiva en 10 años? 
Es algo que me encantaría. Estudié eso y me encantaría hacer el máster de psicología deportiva. Ahora mismo es complicado, pero lo veo como algo de futuro. Me gusta mucho el deporte, también por eso me decidí a estudiar psicología, y me encantaría relacionarla con el deporte. Además, en el mundo profesional, son dos cosas que van unidas. No se entiende el trabajo de pista, en el día a día, sin un apoyo por detrás en otros aspectos como ese. En el Celta Zorka Recalvi tenemos la suerte de tener un gran apoyo en Pelayo. 

Cuando llegó, me dijo que venía, en parte, porque le gusta Galicia, ¿lo sigue pensando?
En Vigo se vive muy bien. Y eso que yo he rodado mucho por la profesión de mi padre, pero aquí se está muy bien. Ya me considero una amante de Galicia porque estuve ocho años en Lugo y uno más en Ourense. Además, aquí el clima es mucho mejor que en Lugo, no llueve tanto. Se vive muy bien, me gusta mucho el mar y pasear por Samil. No sé si podré hacer de guía a las nuevas jugadoras, pero casi casi. 

Antes habló de Raquel Carrera como compañera, ¿de cerca es tan buena como parece?
Raquel está tocada por una varita mágica. Hace cosas que no te esperas de gente de su edad (18 años). Tiene una madurez en la pista que ya me gustaría tener a mí con 25 años. En defensa tapaba un montón de agujeros y en ataque era 100% fiable. Ya lo demostró este año en Liga 1. Cuando llegué, a mitad de temporada, lo notas desde el primer minuto en que la ves jugar. Sientes que es especial desde que estás con ella. Hace de todo en la pista. n

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