Alcaraz aplaca a Struff y repite corona en el torneo de Madrid

Carlos Alcaraz besa el trofeo del Masters 1.000 de Madrid, que conquistó ayer ante Struff.
photo_camera Carlos Alcaraz besa el trofeo del Masters 1.000 de Madrid, que conquistó ayer ante Struff.
El tenista murciano venció en tres sets tras casi dos horas y media de juego (6-4, 3-6 y 6-3)

Con cierto sufrimiento y mucha más brega de la esperada, Carlos Alcaraz terminó por aplacar ayer el empuje del alemán Jan Lennard Struff y cerrar el triunfo en el Masters 1.000 de Madrid, el segundo consecutivo, al vencer por 6-4, 3-6 y 6-3, en dos horas y veinticinco minutos de dura lucha.

Sacó Carlos Alcaraz a la izquierda de Struff, que restó mal y lanzó la bola fuera. El español, al modo de Nadal, se dejó caer al suelo, en el fondo de la pista, aliviado, feliz tras el esfuerzo. Se levantó y fue a felicitar a su rival.

Y es que fue esta vez un éxito trabajado. Elaborado punto a punto ante un adversario que no entraba en los cálculos y que por derecho propio se situó en la puja por un título por el que peleó hasta el final.

Necesitó Alcaraz de momentos de épica, de tenis de nivel y de cierto decaimiento de su rival en el último tramo del encuentro, cuando veía que la segunda final de su carrera, también sin éxito, se le escapaba y el triunfo en un torneo le daba la espalda. Recurrió por momentos Alcaraz al auxilio de la grada. Poblada, llena, entregada con un tipo que se ha ganado su favor sin discusión, que irradia coraje, empuje, espectáculo. Respondió el público a la demanda del ídolo cada vez que lo necesitó.

No tuvo nada que ver este colofón con el del pasado año. El de su estreno como estrella en la Caja Mágica, cuando arrolló en el partido por el título al alemán Alexander Zverev en una hora y en dos sets (6-3 y 6-1). Aquél triunfo que llegó después de superar consecutivamente a Rafael Nadal y a Novak Djokovic, supo a poco. Nada que ver con esta edición. 
“Hoy he disfrutado a ratos, en otros he sufrido, pero esto es lo que hay que vivir. En estas circunstancias los nervios a veces te pueden, entran en juego”, reconoció. 

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