celta

Volver a casa no es tan sencillo

Santi Mina, corriendo ayer en solitario en uno de los entrenamientos.
photo_camera Santi Mina, corriendo ayer en solitario en uno de los entrenamientos.
Los cuatro célticos retornados el pasado verano apenas se han acercado a las expectativas creadas en torno a ellos

No hay nada como disparar las expectativas para quedar defraudado eneseguida. El Celta apostó el pasado verano por recuperar para la causa a futbolistas que ya habían pasado por sus filas. Así fueron llegando –volviendo–, Denis Suárez, Santi Mina, Pape Cheikh y Rafinha Alcántara. Una apuesta no sólo sentimental, sino también futbolística, ya que todos llegaban de equipos de mayor calado. Y, además, económica, con importantes desembolsos aunque dos de los citados –Pape y Rafinha– estén en Vigo en calidad de cedidos.
Sin embargo, 13 partidos después –en su mayoría, ya que Rafinha disputó los tres primeros con el Barça–, el esperado efecto no ha llegado. Es más, el equipo ha flojeado en el aspecto en el que más deberían influir los retornados, el ofensivo. Las expectativas han quedado demasiado lejos.

Santi MIna
Es, de los cuatro, el que mejor rendimiento ha dado hasta el momento. Sin haber sobresalido en exceso en sus números –1 gol y 2 asistencias–, sí que ha destacado por su intensidad –dentro de un equipo romo en dicho aspecto– y por su sacrificada capacidad de adaptación para jugar en diversas posiciones. Las lesiones le han hecho perderse el primer partido de Liga y los dos últimos.

Pape Cheikh
Su titularidad en Barcelona lo he devuelto a un primer plano que parecía haber perdido tras su expulsión ante la Real en su primera presencia del curso en el once. Llegó como supuesto pivote defensivo suplente, pero su puesto es el de interior con recorrido. En el Camp Nou se destapó como una opción más que correcta para el centro. 

Rafinha Alcántara
Fue el último en llegar y, hasta la fecha, el que más problemas físicos ha tenido. El hispano-brasileño contó siempre con el respaldo de Fran Escribá y protagonizó primeras partes de querer el balón y cargar con el equipo, pero no ha logrado ser determinante. Las lesiones musculares le están impidiendo coger ritmo.

Denis Suárez
Su bajo rendimiento es el ejemplo más paradigmático del mal momento del equipo. El de Salceda estuvo bien en agosto, con partidos en los que asumía responsabilidad y lograba ser decisivo en los últimos metros, pero desde entonces ha bajado enormemente su nivel y ante el Barcelona fue suplente. Su imagen desesperado en el banquillo ante el Getafe, todo un símbolo.n

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