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"Vivir como amateur para competir como profesional"

El vigués José Lojo.
photo_camera El vigués José Lojo.
El vigués José Lojo es doble medallista europeo de jiu-jitsu tras solo dos años practicándolo
José Lojo (Vigo, 1983) había practicado taekwondo de pequeño. De mayor, la vida siguió y él se apartó de los tatamis. Pero una noche vio la UFC -principal competición de artes marciales mixtas- en la televisión y quedó impactado. Así comenzó a practicar jiu-jitsu, que es una modalidad de lucha en el suelo con similitudes con el judo. Tan solo dos años después, el olívico coronó el año 2019 con dos medallas europeas en la disciplina, una de oro en Lisboa a principios de año, y otra de bronce, en Roma, hace poco más de una semana. De hecho, el de la capital portuguesa era el primer campeonato de jiu-jitsu en el que Lojo participaba. Llegar y besar el santo. Un santo de oro.
"Es un arte en el que la técnica está por encima del peso. Así, una persona con menos kilos puede someter a otra con más fuerza", explica el deportista vigués de 64 kilos, que acostumbra a entrenar con compañeros que le doblan el peso. No fue así en el Campeonato de Europa, en el que compitió contra rivales del mismo peso y parecidas habilidades -cinturón blanco-. "Está todo muy medido", apunta.
El oro lisboeta fue en la especialidad de jiu-jitsu como tal. Es decir, con kimono. Ahí, los agarres suelen ir dirigidos a la ropa. El Campeonato romano se celebró bajo la modalidad de grappling, que básicamente es lo mismo aunque los luchadores van con el torso desnudo. "Puedes partir de agarres al bíceps o al tríceps, pero no a la ropa porque no la hay. Eso lo convierte en una especialidad mucho más física que el jiu-jitsu. Pero no por ello es menos técnica", explica Lojo.
El vigués, que entrena en el gimnasio CAMM de Santiago de Compostela, está feliz por los éxitos cosechados, pero también por la propagación de su deporte, en gran parte gracias a las retransmisiones de UFC. "Ha hecho que el jiu-jitsu esté en auge y yo me siento muy agradecido", confiesa José, que reconoce que el aumento de practicantes en el gimnasio en el que entrena es notorio -"sobre todo chicas"- aunque no lo percibe igual en su ciudad natal. "No me explico cómo hay tan poco. Quizá en un futuro haya que abrir algo", bromea.
Por eso, más allá de medallas y sueños competitivos, que también los tiene -"ojalá pueda ir al Mundial", anhela-, Lojo enfoca el jiu-jitsu como una actividad perfecta para cualquiera dispuesto a quitarse prejuicios y a trabajar muchas horas el ejercicio cardiovascular. "Alucinas con el cambio de algunas personas en seis meses. Ya no solo físicamente, sino también en lo mental. Te da mucha calma, mucho autocontrol para tu vida diaria. A medida que creces, tienes que aumentar la humildad y el compromiso", reflexiona el deportista vigués, lesionado en un pie, pero con la moral intacta para seguir evolucionando. En enero buscará revalidar su oro europeo, esta vez en cinturón azul. "Espero estar al 100%", se anima, mientras sigue confeccionando en su cabeza su camino. Una senda que ha transitado a la velocidad del rayo para ser campeón de Europa solo dos años después de animarse con el jiu-jitsu. Todo ello, compaginado con su actividad laboral. Esfuerzo, constancia y sacrificio: "En el gimnasio decimos que hay que vivir como amateurs para competir como profesionales". Filosofía de jiu-jitsu. Filosofía de vida. n

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