Juan Hernández, inédito con el primer equipo, recibió ayer el alta médica y da más opciones
Para la mayoría del celtismo, Juan Hernández (Lorca, 1994) es un total desconocido. Probablemente, tampoco el nuevo entrenador celeste, Óscar García Junyent, tenga muchas referencias directas del murciano que, desde ayer, dispone del alta médica tras haberse pasado los últimos 13 meses sin competir por una grave lesión de ligamentos en su rodilla derecha, sufrida al poco de ser cedido la pasada campaña al Cádiz para acabar de pulirse en Segunda. En principio, comenzó la pretemporada ya recuperado, pero una condropatía y una artrofibrosis en dicha articulación le obligaron a someterse a una artroscopia el pasado mes de agosto. Ahora, ve la luz al final del túnel aunque, claro está, el alta médica no supone de por sí el alta competitiva para un jugador que ha estado tanto tiempo sin disputar un partido.
Con todo, si la evolución sigue siendo positiva, la presencia de Juan Hernández entre las posibles bazas a emplear le da más opciones tácticas a Óscar García. Porque el de Lorca pasa por ser el único extremo puro de toda la plantilla, esa figura que se lleva echando de menos en el equipo celeste desde hace varias temporadas. Y un puesto que puede ser básico para el posible paso al sistema de 4-3-3, como ya indicó el propio entrenador celeste el día de su presentación.
Porque Juan Hernández es un extremo. Un jugador que ataca el espacio y no necesita recibir al pie y que, además, tiene olfato goleador. Obviamente, el largo parón ha perjudicado la evolución de un futbolista de 24 años que hace dos temporadas demostró en el Celta B que la Segunda B se le quedaba pequeña.
Aquel curso, fue el máximo goleador del equipo jugando en banda y, ya en verano, el club decidió subirlo a la primera plantilla junto a Kevin Vázquez. La cesión al Cádiz iba a ser el penúltimo paso en su progresión, pero la lesión que ahora deja atrás truncó ese plan. Ahora, lo retomará ofreciéndose como el extremo necesario.n
Con todo, si la evolución sigue siendo positiva, la presencia de Juan Hernández entre las posibles bazas a emplear le da más opciones tácticas a Óscar García. Porque el de Lorca pasa por ser el único extremo puro de toda la plantilla, esa figura que se lleva echando de menos en el equipo celeste desde hace varias temporadas. Y un puesto que puede ser básico para el posible paso al sistema de 4-3-3, como ya indicó el propio entrenador celeste el día de su presentación.
Porque Juan Hernández es un extremo. Un jugador que ataca el espacio y no necesita recibir al pie y que, además, tiene olfato goleador. Obviamente, el largo parón ha perjudicado la evolución de un futbolista de 24 años que hace dos temporadas demostró en el Celta B que la Segunda B se le quedaba pequeña.
Aquel curso, fue el máximo goleador del equipo jugando en banda y, ya en verano, el club decidió subirlo a la primera plantilla junto a Kevin Vázquez. La cesión al Cádiz iba a ser el penúltimo paso en su progresión, pero la lesión que ahora deja atrás truncó ese plan. Ahora, lo retomará ofreciéndose como el extremo necesario.n
