El fichaje céltico trabaja en las instalaciones del club para coger la forma tras cinco meses sin competición
Renato Tapia ya está en marcha. El primer fichaje del Celta 2020/2021 no ha querido esperar por el resto de sus compañeros y, mientras se determina la fecha del inicio de pretemporada, él ya acude a las instalaciones de A Madroa para ejercitarse y tratar de coger el mejor punto de forma posible para cuando toque trabajar con el resto del grupo.
El internacional peruano lleva en Vigo ya 11 días. Aprovechó para conocer la ciudad y buscar alojamiento para su familia, pero también se ha puesto ya manos a la obra. Así, A Madroa no sólo recibe estos días la visita de los dos porteros lesionados, Sergio Álvarez y Rubén Blanco, sino que ahora cuenta también con la presencia de Tapia.
La medida de adelantar los entrenamientos tiene toda la lógica. Fundamentalmente, porque la competición liguera en Holanda, en la que participaba el ahora céltico en las filas del Feyenoord, no se retomó tras el parón sufrido a principios de marzo debido a la pandemia del coronavirus Covid-19. Es decir, que Tapia llevaba casi cinco meses sin ejercitarse, más allá del trabajo personal que sí ha venido realizando.
De hecho, el mediocentro no disputa ningún partido desde el que jugó con el segundo equipo del Feyennord en la denominada Beloften Eredivise el pasado 18 de febrero. Esos 90 minutos fueron los últimos de competición para el centrocampista, ya que con el primer equipo se quedó en el banquillo las cuatro últimas jornadas de Liga que se disputaron. Sus últimos minutos en un terreno de juego a las órdenes de Dick Advocaat fue media hora ante Emmen el 1 de febrero.
De todo ello se colige que es buena idea haber empezado con la preparación física antes que sus compañeros. Las jornadas calurosas en A Madroa tienen, pues, un tercer inquilino ya. Sergio y Rubén tienen compañía.
El internacional peruano lleva en Vigo ya 11 días. Aprovechó para conocer la ciudad y buscar alojamiento para su familia, pero también se ha puesto ya manos a la obra. Así, A Madroa no sólo recibe estos días la visita de los dos porteros lesionados, Sergio Álvarez y Rubén Blanco, sino que ahora cuenta también con la presencia de Tapia.
La medida de adelantar los entrenamientos tiene toda la lógica. Fundamentalmente, porque la competición liguera en Holanda, en la que participaba el ahora céltico en las filas del Feyenoord, no se retomó tras el parón sufrido a principios de marzo debido a la pandemia del coronavirus Covid-19. Es decir, que Tapia llevaba casi cinco meses sin ejercitarse, más allá del trabajo personal que sí ha venido realizando.
De hecho, el mediocentro no disputa ningún partido desde el que jugó con el segundo equipo del Feyennord en la denominada Beloften Eredivise el pasado 18 de febrero. Esos 90 minutos fueron los últimos de competición para el centrocampista, ya que con el primer equipo se quedó en el banquillo las cuatro últimas jornadas de Liga que se disputaron. Sus últimos minutos en un terreno de juego a las órdenes de Dick Advocaat fue media hora ante Emmen el 1 de febrero.
De todo ello se colige que es buena idea haber empezado con la preparación física antes que sus compañeros. Las jornadas calurosas en A Madroa tienen, pues, un tercer inquilino ya. Sergio y Rubén tienen compañía.
