Uno de los mejores partidos del Celta en la actual temporada sólo dio para sumar un punto porque a los atacantes celestes les faltó la puntería. Después de un comienzo terrorífico, con penalti en contra incluido, el equipo vigués se rehizo a partir de la posesión y la presión en campo rival.
El 4-3-3 más ofensivo
Óscar García Junyent recuperó ante el Elche el sistema que lo ha acompañado en la mayor parte de la carrera, el 4-3-3. El técnico de Sabadell dejó a un lado el 5-3-2 e incluso el 4-4-2, los dos dibujos que más ha utilizado esta temporada, y apostó por un bloque más veterano y ofensivo. Hugo Mallo recuperó su puesto en el lateral derecho, Brais Méndez volvió a la titularidad y, en punta, el técnico colocó de inicio a Iago Aspas por la derecha, a Nolito por la izquierda y a Mina, como delantero centro. El Elche apostó por un 5-4-1, con el excéltico Lucas Boyé como hombre más adelantado.
Comienzo desolador
El partido no pudo empezar peor para el Celta. Al minuto de juego, Hugo Mallo cometió un penalti por mano dentro del área que se señaló tres después, VAR mediante, y puso al Elche por delante en el marcador nada más empezar. El equipo vigués acusó el golpe y durante unos minutos estuvo a merced del conjunto ilicitano, que vio cómo los árbitros obviaban otro claro penalti de Murillo sobre Verdú.
Presión, toque y alegría
El Celta consiguió aparcar sus fantasmas desde la posesión. Tras los primeros minutos, el Elche cedió la pelota a los celestes y estos la aprovecharon para generar fútbol y peligro. Las conexiones entre Aspas, Brais, Denis y Mina descolocaron a la defensa local y sólo la falta de puntería impidió al equipo vigués igualar antes el encuentro. Brais falló dos mano a mano antes de que Santi Mina hiciera el 1-1 con un remate desde fuera del área. La presión céltica llevó a los ilicitanos a perder balones cerca de su propia área, pero hasta a Aspas le falló la puntería en dos ocasiones.
Beltrán como pivote
Renato Tapia se lesionó en el minuto 65 y Óscar García apostó por Fran Beltrán en el puesto de pivote, un cambio que equilibró de nuevo el encuentro. Los dos equipos buscaron la victoria en los últimos minutos: El Celta, con los jóvenes Miguel y Gabri Veiga; el Elche, con el veterano Nino. Ni unos ni otros, sin embargo, consiguieron ya mover el marcador.
