segunda división b

Sofá, mantita y peli pero sin nada de picar

Añón controla un balón durante la sesión de cine casero ayer en O Vao.
photo_camera Añón controla un balón durante la sesión de cine casero ayer en O Vao.
El Coruxo no pasó del empate sin goles ante Las Rozas tras malograr multitud de ocasiones

Cuando echas mucho tiempo fuera, nada te apetece más que acomodarte, abrigarte y disfrutar en tu reducto favorito. De estar en casa. En esa tesitura estaba ayer el Coruxo, que volvía a O Vao tras un periplo que le llevó la semana pasada a encadenar dos vuelos, dos noches de hotel, una espera infructuosa en el aeropuerto, una travesía en barco, un trayecto en autobús y de nuevo un viaje en avión para volver. Todo ello para no jugar por un temporal de viento en Melilla. Así, el equipo verde recibía al Las Rozas como invitado con todos los ingredientes para pasar una tarde desapacible de invierno. Un cómodo sofá, una manta calentita y una buena película de acción, entretenida, con emoción, giros de guion y hasta un apagón para prolongar la incertidumbre. Pero ya se sabe que a una peli sin nada que llevarse a la boca mientras se ve, parece que le falta algo. Y a este 'thriller' junto a la playa le faltó eso. Lo más importante: el gol.
Y no fue porque los verdes no lo intentasen. De principio a fin. De todas las maneras. El Coruxo demostró una tarde más el mal que viene asolándole esta temporada: la falta de pegada. Porque al poco de empezar, Silva dejó ver que estaba decidido a acabar con su sequía. Pero pese a su insistencia -tres ocasiones claras tuvo el tomiñés-, ayer tampoco fue el día de su estreno. Primero picó al espacio y se topó con Yelko. Más tarde, recibió tras una maravillosa acción de Mateo y de nuevo el meta visitante desbarató su zurdazo. 
El primer cuarto de hora del Coruxo había sido fantástico. Se notaba que se sentía como en casa. Pero al echar un vistazo a la despensa, no había nada que masticar. Mateo y De Vicente también lo intentaron, pero sin suerte. Y como en cualquier película, es imposible mantener un ritmo alto todo el metraje. El equipo madrileño se percató, cambió su dibujo con tres centrales a uno con línea de cuatro y encontró sus momentos. Álvaro, con un cabezazo, estuvo a punto de marcar al filo del descanso.
La segunda mitad comenzó de forma parecida. El Coruxo había bajado y Míchel Alonso metió a Barril para dar vigor en la zona ancha. Antes de poder comprobar el resultado del cambio, Álvaro volvió a tenerla, esta vez más clara si cabe, al aprovechar un mal despeje de Lucas para colarse en el área y chutar. Pero Alberto estaba ahí para que, ya que los suyos no comían, evitar que lo hicieran los otros. El meta santiagués volvió a ser un valor seguro.

Parón y el repartidor que no llega
Con una hora transcurrida, las luces se desconectaron. Apagón. Había que reconectar cables una vez comprobada que la suscripción a la plataforma estaba en orden. Y aprovechar para pedir comida a domicilio. Míchel Alonso llamó a Álex Ares, que regresaba tras dos meses, pero la cena nunca llegó. El de Pontedeume relevó a Silva y, al poco de entrar, recibió un pase mágico de Mateo. Solo ante Yelko, chutó al muñeco. A falta de gol, bueno es el juego. El ex del Compostela reactivó al Coruxo en los minutos finales, que se volcó sobre la portería del cuadro madrileño, más preocupado de protestar por la falta de luz de los realumbrados foco -un futbolista local confesó que tenía dificultades para ver- que de buscar la portería de Alberto. Yebra la tuvo en el descuento, pero finalmente la comida no llegó y O Vao se fue a la cama sin cenar.

Coruxo: 
Alberto; Torrado (Barril, min. 46), Lucas, Crespo, Manu; Yebra, De Vicente; Mateo, Añón (Kevin Mendoza, min. 77), Youssef; y Silva (Álex Ares, min. 65). 
Las Rozas:
Yelko; Borja, Raúl, Iñaki, Guadaño, Turégano (Rubén López, min. 77); Nogueira, Cruz, Fernando Calleja (Cedenilla, min. 79); Albur y Álvaro (Borja Sánchez 'Goal', min. 71).
Árbitro:
González Díaz. Amonestó con tarjeta amarilla al jugador  local Mateo y a los visitantes Iñaki y Cruz
Incidencias:
Partido disputado en el campo de O Vao   ante 400 espectadores.
 

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