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"En el sitio donde más aprendí fue en el Coruxo"

Daniel Pereiro, capitán del Villarreal juvenil
photo_camera Daniel Pereiro, capitán del Villarreal juvenil

Daniel Pereiro (Vigo, 19 de septiembre de 2000) será el representante vigués en la final de mañana de la Copa de Campeones entre el Villarreal y el Zaragoza. El central milita en el equipo de Castellón y ejerce de capitán. Se formó en el Celta y en el Coruxo, donde "me enseñaron que con humildad y trabajo puedes competir con cualquiera". 

¿Cómo valora la semifinal?
Estamos muy contentos. Ganamos 3-0, pero fue un partido muy complicado. Tuvimos capacidad para llevarlo bien desde el principio, siendo dominadores, y con las riendas del partido. El Sevilla nos apretó en la segunta parte, pero pudimos aguantar y anotar el tercero en el descuento. 

¿Qué destaca del Zaragoza?
Es un equipo muy bueno y con las ideas claras. Juega bien y, por lo que hemos visto en el torneo, es el rival más fuerte que nos podía tocar. No será sencillo conseguir la Copa de Campeones porque es el conjunto más complicado de toda la temporada. Sabemos que defensivamente no concede nada. Tienen un gran orden y cierran todos los espacios. Es muy complicado pasar su defensa y, con la capacidad de nuestros jugadores de ataque, conseguir el espacio necesario para poder marcar ese gol. Atrás tenemos que estar muy atentos porque sus jugadores son de calidad y debemos evitar que nos marquen. 

Usted es central y deberá parar a un ataque muy rápido y un equipo fuerte en el balón parado. 
Sí, ante el Atlético marcaron a balón parado y al Celta estuvieron muy cerca de marcarle de esta forma. Esto nos hace ver que son muy fuertes y en ataque son rápidos y habilidosos. Entonces, tenemos que hilar fino para evitar que generen peligro. 

¿Cómo llegó al Villarreal?
Estaba en el Celta y salí de allí al Coruxo. Jugué dos años y en el segundo me llamó el Villarreal para hacer unas pruebas. Tras hacerlas, ya me dijeron que me querían. La temporada siguiente fui para allá. Esto fue hace tres años ya y el club es de diez. Te tratan muy bien. En mi año llegamos ocho jugadores nuevos, cada uno de un rincón de España, y estuvimos unidos desde el principio y la propia entidad te facilita todo para que puedas sentirte lo más a gusto posible.  

¿Le sorprendió la llamada del Villarreal?
La verdad es que sí. Cuando me fui del Celta, el fútbol pasó a ser algo más secundario. Lo que sucedió es que con la llamada del Villarreal y tal como estoy ahora, la prioridad ha vuelto a ser el fútbol, es importante en mi vida, pero sin dejar los estudios. La verdad es que cuando salí del Celta, a mí me pareció un paso atrás enorme, algo muy negativo. Al final, me vino mejor. En el Coruxo tuve más minutos, más continuidad y destaqué más. De esta forma, pasé al Villarreal y ahora voy a jugar la final de la Copa de Campeones. No todo se basa en estar en el mismo equipo toda la vida, hay más opciones.  

Y destacar la base de equipos como el Coruxo, que trabajan bien sin tantos recursos. 
A mí el Celta me dio mucha formación, pero el Coruxo, a nivel personal, fue el que más me enseñó. Y, dentro del club, el entrenador Jacobo es uno de mis mayores referentes. Aprendí un montón. Adquirí esa humildad de que, aunque no eres el mejor de Vigo, con trabajo puedes pelear por estar arriba y dar guerra. Todo se basa en el trabajo. No por llevar el escudo del Celta o del Coruxo eres mejor o peor. Si trabajas, si lo curras como lo hacíamos nosotros, podíamos competir contra cualquiera.  

Llega al Villarreal, ¿se siente perdido?
Al principio es todo nuevo. Cambias de ciudad, de equipo y pasas a vivir en una residencia. Contamos con la ventaja de que el club hace una labor buenísima y te hace sentir como en casa. Si, además, tienes la suerte de tener minutos, todo pasa más rápido y es más ameno.

¿Sorprendió a sus padres?
Sobre todo a mi madre. Hablaron con ella primero y no sé quién estaba más sorprendido, si ella o yo. Pero nos hizo mucha ilusión a todos. Ya fuimos a las pruebas con ese deseo y, después, tuvimos la suerte de que gusté al Villarreal y apostaron mucho por mí. Es duro, especialmente más para ellos que para mí, pero ahora ya se están acostumbrando a la rutina de encontrarnos cada dos meses. Si por ellos fuera, nos veríamos todos los días, pero saben que estoy bien y no me falta de nada.

Cuando vio que la fase final era en Vigo, supongo que fue el más contento de todo el equipo.
Y tanto. Estoy encantado de poder jugar en Vigo, con mi familia aquí y con todo el mundo. Estoy jugando en casa. En estos partidos tenía un montón de conocidos en la grada, estaban los familiares de jugadores del Celta y los míos.

¿Seguirá en Castellón?
Mi idea es seguir aquí y cubrir las distintas fases. Iré al equipo C o al B, al que me toque. La idea es subir escalones aquí, entrenar y progresar aquí. También estoy con los estudios, que tengo que terminar las matemáticas de segundo de Bachillerato. Después, haré la universidad y quiero estudiar fisioterapia porque, además, al conseguir la designación de deportista de élite, me facilitan un poco las cosas.

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