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Las salidas sin traspaso

Gustavo Cabral se fue libre el pasado verano tras acabar contrato.
photo_camera Gustavo Cabral se fue libre el pasado verano tras acabar contrato.
La mitad de los futbolistas que se fueron del Celta desde el ascenso no dejaron beneficios 
En esto del mercado futbolístico, el valor de los jugadores va fluctuando y no es tan sencillo que los que tú fichas o los que formas en tu cantera se acaben revalorizando y saliendo vía traspaso. De hecho, en el caso del Celta, se puede hablar de un 50% de ventas y otro tanto de salidas libres tras acabar contrato o tras acordar una desvinculación las dos partes. En números, desde el último ascenso a Primera División, han dejado el Celta un total de 47 futbolistas para seguir con sus carreras en otros lares. De ellos, 23 lo han hecho dejando en las arcas un dinero por su traspaso y 24 se fueron sin ese premio para la entidad celeste en cuanto a ingreso.
Entre esa veintena larga de jugadores, hay casos y casos, pero lo más común es el de aquellos que, sobre todo por decisión del club, ya han visto agotada su etapa como célticos. De hecho, en muchas ocasiones, el primer paso es una cesión previa para acabar rescindiendo el contrato y marchándose.
En este amplio grupo se inscriben futbolistas que resultaron claves en el ascenso o en la permanencia como Álex López, Natxo Insa, Quique de Lucas, Jonathan Vila, Carlos Bellvís, Toni Dovale, Cristian Bustos, Joan Tomás, Dani Abalo, David Rodríguez o Andrés Túñez. Como se puede apreciar, entre ellos hay un quinteto de canteranos a los que la evolución del club en Primera dejó atrás. Todos los nombrados se fueron a otros países a seguir con sus carreras o bajaron una categoría en España.
Una situación similar, pero más cercana en el tiempo, se dio con otro grupo de célticos que acordaron sus salidas al ver que no iban a tener sitio en el equipo. En este apartado se puede nombrar a Levy Madinda, Andreu Fontás, Carles Planas, Chelo Díaz, Josep Señé, Claudio Beauvue, Dejan Draziz o, hace apenas unas semanas, Robert Mazan. Hubo maneras de salir bien distintas y más o menos costosas a nivel de la desvinculación, pero ninguno de ellos necesitó de un traspaso directo para marcharse.
Con todos, los casos más llamativos y escasos son los de esos pocos jugadores que acabaron contrato y se marcharon sin más. Sucedió primero con el canterano Roberto Lago, que tras ver frustrada una posibilidad de salir el verano anterior, esperó a estar libre para irse al Getafe. El verdadero enfado del club vigués se produjo con el adiós de Michael Krohn-Dehli hacia el Sevilla tras haber rechazado todas las ofertas de renovación y haber apurado su último año rindiendo en el campo. Ese cabreo perjudicó después a Nemanja Radoja, que también entró en su último año de contrato sin haber renovado y estuvo apartado toda una temporada. Por último, una situación excepcional, que tal vez no debería serlo, fue la de Gustavo Cabral el pasado verano: se fue el acabar contrato sin polémica.n  

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