El portero del Celta Rubén Blanco tendrá que pasar por quirófano para solventar el arrancamiento completo del tendón directo del recto femoral derecho que se produjo durante el partido del pasado martes ante el Atlético, lo que obligará a una baja de entre cuatro y cinco meses.
Por lo tanto, esta lesión, unida a la de Sergio Álvarez, complica la portería celeste no sólo en esta recta final de temporada, sino también el inicio de la próxima. De la recuperación de ambos y del rendimiento de Iván Villar dependerá si el club tendrá que acudir al mercado de porteros por primera vez desde el último ascenso.