CARREIRA PEDESTRE POPULAR

Roade y Navarrete, en el podio

La San Martiño desafió a la lluvia y reunió a más de seis mil personas entre todas las categorías.
photo_camera La San Martiño desafió a la lluvia y reunió a más de seis mil personas entre todas las categorías.
El nigranés y la viguesa acabaron segundos en la carrera absoluta. Alejandro Fernández y Joselyn Brea reinaron en una cita multitudinaria que venció a la lluvia y reunió a diferentes generaciones de deportistas

El nigranés Iván Roade y la viguesa Ester Navarrete terminaron segundos –en categoría absoluta masculina y femenina, respectivamente– la carrera popular San Martiño, en la que participaron cerca de tres mil deportistas y que tuvo como vencedores a Alejandro Fernández y a Joselyn Brea. Entre todas las categorías, fueron más de seis mil (6.099) las personas que tomaron parte en la carrera ourensana.
En la absoluta, del primer clasificado a la última hubo casi una hora de diferencia. Pero el puesto 1 y el 2.934 tienen más cosas en común de las que piensan. La San Martiño no es solo el cronómetro. Es una fiesta multitudinaria y popular, que en su edición 43 miró a los ojos a la lluvia y no se achantó. Los más rápidos se llevaron los focos y los flashes, pero todos y cada uno de los participantes de la prueba son campeones a su manera. Con sus historias, sus alegrías y sus penas. Porque cruzar la meta es un premio personal y colectivo. 
Era el favorito y no falló. Alejandro Fernández, del Ourense Atletismo, logró su quinto triunfo en la San Martiño. 'Su' prueba. El ourensano la prepara con mimo y esfuerzo. En esta ocasión tenía ganas especiales para confirmar que las lesiones de los últimos meses son cosa del pasado. Como resultado, una marca de 29:36 a tener muy en cuenta. Por eso, tras llegar a la meta, necesito respirar con las manos en las rodillas. Un respiro después de volar sobre el asfalto de su ciudad.
Fernández mantuvo a raya los notables esfuerzos de un Iván Roade (Adas Proinor) que marcó un tiempo que le hubiese dado la victoria, sin ir más lejos, el pasado año. El de Nigrán se permitió el lujo de bajar de la media hora (29:58) y olvidar por unos minutos que su especialidad es el cross, en el que centrará sus esfuerzos las próximas semanas.

Juventud y experiencia
El joven talento del Celta Fernando Rial completó el podio, poniendo algo de celeste entre dos nuevos atletas provinciales que completaron las posiciones cabeceras: el limiano Rubén Diz (Ourense Atletismo) y el valdeorrés Alejo Ares (Adas Proinor), cuarto y quinto respectivamente. 
Entre las atletas, Joselyn Brea impuso su ley de principio a fin. La deportista de la Gimnástica de Pontevedra venció con suficiencia, dejando la sensación de que había más en su maquinaria si fuera necesario emplearlo. Su 33:47, inapelable. Su idilio con la San Martiño, con triunfo en 2016 incluido, renovó sus votos. 
La escoltaron en el podio de honor, la viguesa Ester Navarrete (FC Barcelona), una habitual en estas citas, que paró el crono en 34:21 para ser segunda, y la lucense Marta Casanova (Universidad de Oviedo), que tras vencer en 2017 y ser segunda en 2018, acabó tercera con 35:17.

Pedro Vázquez, campeón escolar
Los 'mayores' sirvieron el plato principal de la jornada. Pero el menú tuvo más cantidad. Escolares, cativos, pitufos y la prueba inclusiva dejaron claro que Ourense quiere correr hacia delante. Todos juntos. Sin excepciones. 
En la prueba de Escolares, la victoria fue para el deportista del Celta Pedro Vázquez, que firmó un tiempo de 14:46. El sub-16 celeste se subió a lo más alto de un podio en el que estuvo acompañado por Antón Martínez (14:59) y Brais Picón, tercero con un tiempo de 15:05. En total, fueron 1.649 los atletas que participaron en este apartado. Por último, en las carreras de los más pequeños tomaron parte otras 1.516 personas, lo que elevó a 6.099 el número total de deportistas en la cita ourensana. Ahora, con la satisfacción de la edición 43 toca pensar en la 44. Nunca es demasiado pronto. La San Martiño lo merece. Ourense  volvió a disfrutar de la referencia del atletismo popular gallego, con los miles de participantes como mejor aval. Hubo trofeos y medallas. Pero el premio gordo volvió a ser la sonrisa de los asistentes. Ante eso, lo único que se puede hacer es aplaudir. n

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