La viguesa Paula Sanmartín deja el ciclismo a los 23 tras "muchas promesas imcumplidas"
Paula Samartín firmaba hace tres campañas su primer contrato con un conjunto de categoría UCI en lo que parecía el inicio de una prometedora carrera ciclista. Toda una proeza llegar al panorama internacional desde el precario mundo del ciclismo femenino en Galicia. No obstante, la aventura se terminó casi sin comenzar en 2020. En 2018 formó parte del Servetto italiano en una experiencia que se truncó por enfermedad mediada la campaña y, a continuación, firmó con el Eneicat español. Resultó el comienzo de su retirada. "Me quitaron todas las ganas de andar en bicicleta. Fueron muchas promesas incumplidas. Esta temporada llevo todo el año obligándome a salir a entrenar para volver a tener ganas de competir y andar en bicicleta, pero nada. No aparecen", explica. En su caso, tenía que cobrar la escasa cantidad de 600 euros al mes, pero las mensualidades no pasaron de los 200 y terminaron pronto, a los cinco meses. A esto se añadió la obligación de vivir fuera de casa. "Me prometieron una cantidad de dinero que al final no llegó y también un calendario que tampoco pudimos hacer. Empiezas a ver que no es real, preguntas, y surgen los problemas con la gente. Al final, terminas mal", esgrime.
A pesar de ello, en 2020 firmó por el Biz-kaia Durango. Una formación a la que no reprocha nada. "Fueron sinceros desde el principio, no me engañaron", dice. En todo caso, "no quería tener la sensación de dejarlo porque alguien me había hecho algo malo. Quería tener la certeza de que no quería seguir. El año anterior no tenía los motivos necesarios para dejar el ciclismo sólo porque el equipo me hizo la vida imposible. Esta temporada sí que me di cuenta de que no quería seguir y es porque yo lo digo, no por lo que me ha hecho un equipo", amplía.
Para tomar la decisión definitiva tuvieron que pasar semanas porque Sanmartín lleva muchos años encima de la bicicleta. Y dejarla es una modificación radical a su vida e, incluso, en su entorno. "Me costó tomar esta decisión, es un paso complicado de dar porque llevo muchos años en esto. Y, también, por el qué dirán. Siempre piensas en qué te van a decir. Porque para todo el mundo eres una ciclista y dejas de serlo. Es el momento de pensar en mí y no deseo continuar y ya está. No hay más", relata.
En el Campeonato de España, disputado en agosto, ya sabía que era su última competición y dejó el vehículo apartado. "Llevo más de dos meses sin subir a la bici. En mi vida estuve tanto tiempo sin hacerlo", reconoce. Un dato que expresa su nivel de saturación hasta el punto que no se plantea ni recalar en un conjunto amateur de la zona. "Por ahora no, ya veré si con el tiempo me vuelven las ganas de andar en bici", añade.
Con esta situación personal se explica su bajo rendimiento en gran parte de 2019 y también en el presente 2020, ya que "cuando estás pensando en abandonar, la cabeza ya no va como tiene que ir y no estás motivada".
En todo caso, Sanmartín tiene el futuro encamindado en su grado en Químicas. "En el confinamiento me centré en los estudios y saqué todas las asignaturas del año pasado. Me voy a concentrar en ello", relata. Y lo hará, tras compaginar ambas facetas durante los últimos años, ahora sin la bicicleta. Sólo el tiempo dirá si, en el algún momento, regresa a un deporte que descubrió en el Club Ciclista Vigués.n
A pesar de ello, en 2020 firmó por el Biz-kaia Durango. Una formación a la que no reprocha nada. "Fueron sinceros desde el principio, no me engañaron", dice. En todo caso, "no quería tener la sensación de dejarlo porque alguien me había hecho algo malo. Quería tener la certeza de que no quería seguir. El año anterior no tenía los motivos necesarios para dejar el ciclismo sólo porque el equipo me hizo la vida imposible. Esta temporada sí que me di cuenta de que no quería seguir y es porque yo lo digo, no por lo que me ha hecho un equipo", amplía.
Para tomar la decisión definitiva tuvieron que pasar semanas porque Sanmartín lleva muchos años encima de la bicicleta. Y dejarla es una modificación radical a su vida e, incluso, en su entorno. "Me costó tomar esta decisión, es un paso complicado de dar porque llevo muchos años en esto. Y, también, por el qué dirán. Siempre piensas en qué te van a decir. Porque para todo el mundo eres una ciclista y dejas de serlo. Es el momento de pensar en mí y no deseo continuar y ya está. No hay más", relata.
En el Campeonato de España, disputado en agosto, ya sabía que era su última competición y dejó el vehículo apartado. "Llevo más de dos meses sin subir a la bici. En mi vida estuve tanto tiempo sin hacerlo", reconoce. Un dato que expresa su nivel de saturación hasta el punto que no se plantea ni recalar en un conjunto amateur de la zona. "Por ahora no, ya veré si con el tiempo me vuelven las ganas de andar en bici", añade.
Con esta situación personal se explica su bajo rendimiento en gran parte de 2019 y también en el presente 2020, ya que "cuando estás pensando en abandonar, la cabeza ya no va como tiene que ir y no estás motivada".
En todo caso, Sanmartín tiene el futuro encamindado en su grado en Químicas. "En el confinamiento me centré en los estudios y saqué todas las asignaturas del año pasado. Me voy a concentrar en ello", relata. Y lo hará, tras compaginar ambas facetas durante los últimos años, ahora sin la bicicleta. Sólo el tiempo dirá si, en el algún momento, regresa a un deporte que descubrió en el Club Ciclista Vigués.n
