El entrenador del Celta, Óscar García Junyent, ha puesto en marcha un pulso de poder interno tanto hacia el club como hacia el vestuario. El de Sabadell, que ya en las declaraciones de la pasada semana expuso públicamente cuestiones internas y dejó caer que no entraba en sus planes dimitir, pese a la evidente pérdida de relación con la dirección de la entidad en las últimas semanas, ha elegido la capitanía como la primera cuestión capital sobre la que iniciar su revolución y ayer trascendió que ha decidido quitar el brazalete a Hugo Mallo y establecer una nueva jerarquía en el vestuario. Según adelantó la Radio Galega, los nuevos capitanes serán, en este orden, Iago Aspas, Manuel Agudo 'Nolito', Denis Suárez, Renato Tapia y Jeison Murillo.
La decisión no sólo explicita la falta de confianza, ya apuntada, del técnico en Hugo Mallo. Supone romper dos tendencias: la de que es el vestuario el que elige los capitanes y, más trascendente, la de que en los dos últimos años todos los capitanes fuesen canteranos. El cuarteto de la pasada campaña y de la actual era Hugo Mallo, Iago Aspas, Sergio Álvarez y Rubén Blanco. De los cuatro, sólo se queda Aspas, aunque el movimiento realmente crucial es el del lateral derecho de Marín.
Esta determinación no sólo ha removido el vestuario, sino que también ha generado malestar en la sede. Y llueve sobre mojado. El club se ha encontrado con un entrenador que está dispuesto a ejercer todo el poder que tenga y que ya ha dejado claro que no va a dimitir, como sí hizo con anterioridad en otros clubes. La decisión, como el mismo Óscar expuso en su penúltima comparecencia pública, está en manos de la entidad. Obviamente, la destitución es una de las posibilidades que se baraja, sin que en ella parezca tener un peso decisivo el resultado de mañana. Hoy, el club tiene previsto emitir una rueda de prensa del técnico a través de sus canales oficiales con preguntas de los medios entregadas antes de conocerse este movimiento. Por lo tanto, será complicado que se pueda comprobar el grado de distanciamiento entre club y técnico y si es irreconducible o no.
Últimos entrenadores
Con sus palabras de la pasada semana, el de Sabadell dejó claro que en su cabeza no está dimitir. Y el Celta tiene la mala conciencia de su incapacidad en los últimos años de encontrar un entrenador que diese resultados y convenciese en la sede. En este factor se ha puesto mucho el foco de las decisiones, pero ahora Óscar García Junyent lo desvía hacia el vestuario y su grado de competitividad y gestión interna en unas últimas temporadas de malos resultados.
El momento es crucial para la confianza del Celta en el que fue un entrenador muy deseado. Ahora, ha echado un órdago que desde la sede se plantean cómo asumir. El pulso de poder está sobre la mesa. Y ninguno quiere perder.n
