BALONMANO

Con la precisión de una sanitaria

Arima López, del Porriño, y Ángela Nieto, del Guardés, combinan el balonmano con sus profesiones en el mundo de la enfermería.
photo_camera Arima López, del Porriño, y Ángela Nieto, del Guardés, combinan el balonmano con sus profesiones en el mundo de la enfermería.
Ángela Nieto y Fani Descalzo, del Guardés, y Arima López, del Porriño, compaginan la enfermería con el balonmano

En la actualidad, la División de Honor de balonmano es una liga que se acerca al profesionalismo. Son muchas las jugadoras que reciben un salario por militar en la máxima categoría, pero un grupo importante todavía no. Eso sí, muchas de ellas compaginan el deporte con los estudios y menos lo hacen con una profesión. En el caso del Guardés y el Porriño, que se miden el sábado en el derbi gallego, podemos encontrar tres sanitarias. Dos de ellas en el conjunto de A Guarda, Fani Descalzo y Ángela Nieto, y una en el de A Louriña, la viguesa Arima López. 

Descalzo (31 años), de baja esta semana por enfermedad,  ejerce de enfermera en el Sergas, mientras que la joven Ángela Nieto, de 24 años, lo hace en una clínica privada de A Guarda. “La condición que puse al equipo para venir fue que quería seguir trabajando para no alejarme de la profesión”, explica la jugadora de Béjar. La extremo tiene una jornada reducida, de solo 10 horas a la semana, pero “me sirve para desconectar del deporte y, también, para no olvidarme de las cosas. Me viene muy bien y estoy contenta”, expresa. 

Una situación diferente vive la ya veterana Arima López, de 29 años. “Lo puedo compaginar porque trabajo de 7:30 de la mañana hasta las 15:15 horas. Por la tarde, antes de entrenar con el grupo, hago el trabajo de pesas que mis compañeras realizan de mañana”, explica. Hace labores de auxiliar de enfermería en la asociación viguesa Alento, situada en Navia. “Conduzco una furgoneta para recoger a los usuarios en sus casas y después llevarlos de regreso. En el medio, hago las labores de auxiliar como dar aseos, preparar comidas y asistir a las enfermeras en lo que sea necesario”, explica. 

Aunque tiene una rutina marcada, la pivote del conjunto porriñés admite que “a nivel social sí que es difícil porque, al final, todo el tiempo que tienes es para el trabajo o el balonmano. Te queda poco tiempo para la familia y los amigos”. 

Ángela Nieto vivirá este sábado su segundo derbi liguero y el tercero en partido oficial de esta campaña. La Copa Galicia la ganó el Porriño y, después, el Guardés superó de forma amplia a la escuadra de Isma Martínez. “Se nota que es un partido de rivalidad. Ya en la pretemporada, con los amistosos, me di cuenta de que eran especiales. No es que haya más intensidad esta semana, que siempre la hay, pero se nota”, explica una jugadora que este verano cambió el Aula Cultural por el Guardés, ya que “necesitaba un cambio. Me había llamado varias veces Prades y este año acepté”.

Bocadillo, coche y victoria para Arima López en Barakaldo

El partido del pasado viernes contra el Zuazo, que terminó con victoria para el Porriño (19-22), resultó especial para Arima López. La viguesa había descartado ir pero, finalmente, “hablé con mi jefe y mis compañeros para salir un poco antes y llegar a tiempo”, relata. En la puerta del trabajo esperó “el presidente (Abel Estévez) con el coche y un bocadillo. Y nos fuimos para Barakaldo. Llegué a las 20:00, con tiempo para cambiarme y jugar el encuentro”, relata la pivote. 

Habitualmente, la viguesa ejerce de recambio de Haridian Rodríguez, tanto en defensa como en ataque, pero la semana pasada tuvo trabajo extra porque “expulsaron con roja directa a Haridian a los 50 segundos y me quedé como única pivote. Tuve que jugar todo el partido y terminé muy cansada”. Lo hizo por la exigencia física y, también, “por la responsabilidad porque sabía que era la única y no podía fallar. Incluso estuvo muchos minutos con dos exclusiones y no podía ver la tercera, que es la definitiva”, añade. Al menos, el esfuerzo sirvió para la victoria. “Mi jefe me dijo que, para dejarme ir, me pedía tres cosas: no lesionarme, no contagiarme de covid y ganar”, describe la jugadora. 

Arima López, del Porriño, y Ángela Nieto, del Guardés, combinan el balonmano con sus profesiones en el mundo de la enfermería.
Arima López, del Porriño, y Ángela Nieto, del Guardés, combinan el balonmano con sus profesiones en el mundo de la enfermería.

 

“Del Porriño me voy para casa”

Arima López descubrió pronto la División de Honor en el Guardés, pero después no tuvo continuidad hasta que en el verano de 2019 recibió la propuesta del Porriño cuando estaba en el Lavadores, de Plata. “Yo ya iba a retirarme porque el balonmano está muy bien como hobby, pero te quita mucho tiempo”, admite. No obstante, “me llamaron del Porriño y acepté porque era la última opción para estar en División de Honor y en un proyecto ilusionante. Tengo 29 años y sé que no me va a quedar mucho. Cuando decida terminar aquí, ya será para irme para casa”, describe la pivote viguesa. 

Cada día pelea por ser competitiva quitando horas al sueño y también al ocio. “La primera temporada noté que al venir de Plata, me faltaba físico. Tuve que esforzarme y aprovechar las vacaciones para hacer la pretemporada”, admite. Lo hizo y este curso disfruta un poco más de la categoría y del equipo. “Me veo bien y el ambiente es muy bueno en el equipo”, resume. La viguesa exprime su segunda oportunidad en la máxima categoría.

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