No pudo ser campeón, pero a nadie le amarga un dulce. En su temporada de debut en la categoría y como el piloto más joven de la parrilla, Iker Rodríguez se adjudicó ayer el subcampeonato de España de Moto 4, dentro del certamen de Superbikes. Todo un éxito. A bordo de una montura de 125 centímetros cúbicos, el porriñés de tan solo 12 años peleó codo a codo con los mejores y tan solo cedió ante su compañero de equipo Andrés García, que aguantó su liderato en el último fin de semana de la gira, celebrado en Montmeló (Barcelona).
Allí peleó al máximo el louriñés para recortar el exiguo punto de desventaja con el que partía. Pudo lograrlo en la primera de las dos carreras, en la que finalizó quinto, por delante de su rival directo, que fue sexto. Todo tras un giro accidentado, con dos banderas rojas que interrumpieron el envite. Una de ellas tuvo a Iker como implicado en una caída que no tuvo mayores consecuencias. Gabriel Pio se impuso al término de las diez vueltas, que completaron una distancia de casi 47 kilómetros.
Era todo o nada en la segunda tentativa. La temporada se iba a jugar en una carrera exprés, sobre la mitad de distancia. Cuestión de velocidad. Las fuerzas estaban igualadas y el más mínimo detalle iba a marcar la diferencia. Andrés García sacó partido de su punto mayor de experiencia y se llevó la victoria. Iker no dio la batalla por perdida hasta la línea de meta, pero finalmente tuvo que contentarse con una segunda posición. Y aunque el sinsabor de la derrota pueda pesar en primera instancia, es evidente que el paso de los días pondrá en valor este magnífico resultado.
No solo eso, el imberbe porriñés acaba el curso con tres victorias parciales, además del segundo puesto en la general. Un rendimiento que le garantiza una montura en la categoría inmediatamente superior a la suya, la preMoto 3. Así, Iker Rodríguez pilotará una 250 la próxima temporada en el Campeonato de España.