El Celta cuenta ya con toda la plantilla trabajando a las órdenes de Óscar García Junyent. Pione Sisto reapareció ayer en A Madroa, ocho días después que el resto de sus compañeros, y completó su primer entrenamiento con el turno más madrugador de la plantilla, en el que estuvieron también, entre otros, Iago Aspas, Santi Mina y Néstor Araujo.
Sisto llegó a las instalaciones deportivas de Candeán pasadas las ocho de la mañana y vestido con ropa de calle, lo que contraviene el protocolo de la Liga, que especifica que los futbolistas deben acudir al centro de trabajo con la ropa de entrenamiento ya puesta.
Nada más bajar del coche, el internacional danés respondió brevemente a las preguntas de los medios de comunicación presentes, la primera de ellas sobre las declaraciones de la semana pasada del presidente celeste, Carlos Mouriño, que aseguró que el jugador tenía "un problema del que nosotros no podemos hablar".
"¿Que si tengo un problema? Pienso que lo mejor es que quede entre el club y yo", afirmó el habilidoso extremo céltico, que reconoció que "tenía muchas ganas de volver a entrenar" y terminó diciendo que "a veces pasan cosas y tengo que mantenerlo entre el club y yo. Es todo lo que puedo decir".
Con el regreso de Pione Sisto a los entrenamientos se pone punto y aparte a un culebrón que comenzó el pasado 27 de marzo, cuando el futbolista decidió salir del país para estar con su familia en pleno confinamiento por la pandemia de coronavirus y sin avisar al club.
Otro céltico, Fedor Smolov, se fue también de España por esas fechas, pero el delantero ruso estuvo continuamente en contacto con la entidad viguesa, a la que comunicó todos sus movimientos.
Sisto regresó a Vigo, acudió el miércoles 6 de mayo a la sede del club y el pasado sábado estuvo en la ciudad deportiva para someterse a los test para detectar si había contraído el coronavirus. Sin embargo, el lunes de la semana pasada no inició los entrenamientos individuales con el resto de sus compañeros y ese mismo día subió un vídeo en su cuenta de Instagram, en el que se le veía ejercitándose con un balón en su casa.
El internacional danés no apareció en toda la semana por A Madroa y tampoco lo hizo este lunes, por lo que ayer fue su primer día de entrenamiento tras el parón liguero por la Covid-19.
La actitud del jugador ha llevado al club a imponerle hasta tres multas de 60.000 euros cada una, según ha podido saber este periódico. El Celta le aplicó una primera sanción por abandonar el país en pleno confinamiento y le ha comunicado otras dos, una por faltar a los entrenamientos la semana pasada y otra por no subir tampoco a las instalaciones de A Madroa el pasado lunes. No obstante, los representantes del jugador tratarán de que el club le condone alguna de esas tres multas.
La mejor noticia para el Celta es que Pione Sisto ya se encuentra a las órdenes de su entrenador, Óscar García Junyent.
Nada más llegar ayer a A Madroa, un empleado de la entidad celeste le tomó la temperatura y, a continuación, el extremo tuvo que cambiarse en la propia instalación, ya que llegó vestido de calle, con camiseta y pantalones cortos de color gris y una cazadora de piel marrón. Una vez preparado para entrenar, realizó los ejercicios con el primer turno de diez futbolistas dispuesto por el cuerpo técnico.
A la salida, Pione Sisto, como el resto de sus compañeros, recogió una bolsa de papel con el menú del día y otra de plástico con la ropa de entrenamiento para hoy.
Tras perderse las primeras sesiones de entrenamiento, el danés deberá esforzarse al máximo para ponerse en las mismas condiciones físicas que sus compañeros. n
