segunda división b

Una pequeña victoria

La grada principal de O Vao presentó un magnífico aspecto, con los aficionados cumpliendo con las normas.
photo_camera La grada principal de O Vao presentó un magnífico aspecto, con los aficionados cumpliendo con las normas.
Tras superar incertidumbres, el fútbol de Segunda B volvió y con público en las gradas

En tiempos duros, cualquier chispazo de alegría es bienvenido. Y más cuando supone que 5.000 familias no pierdan su sustento. Porque, entre jugadores, entrenadores y trabajadores de los clubes, ese es aproximadamente el número de salarios de la Segunda División B en España, dentro del mal llamado y cacareado fútbol no profesional.
Por eso, que el pasado sábado se iniciase la competición y ayer continuase con el grueso de la jornada es una bendición. Para los trabajadores, claro. Y también para los que, gracias a ellos, tienen una hora y media de entretenimiento. 
Había mono de fútbol. Y en O Vao se notó. El club trabajó duro durante la semana para habilitar gradas supletorias alrededor del campo y para indicar, mediante puntos rojos, los lugares que los socios podían ocupar. En total, unas 660 localidades disponibles. Y los socios del club verde, deseosos de volver a ver a su equipo, las ocuparon casi por completo. Unas 600 personas acudieron a la cita junto a la playa, para volver a disfrutar de un partido siete meses y medio después de aquel triunfo local ante el filial del Atlético de Madrid B que le ponía en el camino del play-off. Fue el 1 de marzo. Lo que ocurrió después, ya lo sabe todo el mundo.
Así, desde una hora antes del choque, los aficionados fueron entrando con tranquilidad, sometiéndose a la toma de temperatura y el chorro de gel hidroalcoholico pertinente. Siempre con la mascarilla puesta. Siempre con distancia de seguridad. Siempre con pasión acumulada, que salió con fuerza para animar a su equipo.
"Es de agradecer el trabajo del club para que la afición pudiera venir. Para nosotros es muy importante que esté ahí, se nota mucho. Y más cuando vas perdiendo y necesitas ese empujón extra", comentaba ayer Antón de Vicente, poco después del encuentro, en el que el Coruxo cayó frente al Zamora (0-1). Su entrenador, Míchel Alonso, apuntó en la misma dirección en la sala de prensa.
Lo cierto es que los meses sin fútbol se notaron. Porque la grada animó con fuerza a su equipo independientemente del resultado. Quizá más que nunca. Aunque también es verdad que el tiempo todo lo distorsiona y alegrías como las de ayer, aunque sean pequeñas, elevan las sensaciones de todo. Lo magnifica. Igual que en Gran Hermano.
Pero la pasión no está reñida con el civismo. Los aficionados cumplieron las normas sanitarias y siguieron las pautas que les marcaron los empleados del club en todo momento. Un espacio grande, al aire libre, con mascarillas, geles hidroalcohólicos y distancias de seguridad interpersonales responde a lo que, según los expertos, es un lugar de riesgo mínimo. En no todas las actividades que se llevan meses permitiendo se puede decir lo mismo.
O Vao no fue el único estadio que abrazó la vuelta del público en Galicia. El Deportivo pudo sentir el apoyo de 3.000 aficionados en Riazor. Una ayuda valiosa para ganar al (2-1).En A Malata, el derbi entre Racing de Ferrol y Pontevedra se saldó con victoria granate (2-3). Un millar de aficionados presenciaron el partido .

Sin problemas en Tercera
Ayer también comenzaron la Tercera División y la Primera Estatal femenina. En Redondela, se agotaron el cupo de solicitudes de acceso y 200 socios disfrutaron de la victoria del Choco ante el Rápido (2-1). En Atios, 500 aficionados presenciaron el estreno en la categoría de su equipo, que se saldó con triunfo (2-0) ante el Pontellas, en un derbi porriñés histórico, también por esto. En Cangas, el Alondras empezó con buen pie ante la UD Ourense (1-0) con 350 fieles en la grada de O Morrazo.
El Valladares también contó con 175 aficionados en su derrota (1-5). El Sárdoma (1-2) fue el único en jugar a puerta cerrada ya que As Relfas es de titularidad municipal.n

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