celta

Pampín, un capitán de guantes tomar

Pampín agradece ser capitán en su tercera campaña en el Celta B.
photo_camera Pampín agradece ser capitán en su tercera campaña en el Celta B.
El canterano, lateral habitual del filial, pensó al ponerse de portero accidental en Ibiza que "iba a ser un bombardeo, pero salió bien"

Allá en su Oleiros natal –donde fue a buscarlo con denuedo el por entonces responsable de las categorías base celeste, Toni Otero– disfrutaba haciendo goles. Después de su traslado a la cantera del Celta y al pasar de cadetes a juveniles, se convirtió en extremo. Desde hace dos temporadas, se desempeña como lateral izquierdo. Y el pasado domingo, tuvo que ejercer de portero en la estrambótica victoria del filial celeste en el campo del Peña Deportiva, con remontada en los últimos 20 minutos con un hombre menos y con un lateral como guardameta. "Ya no me pueden retrasar más la posición", bromea Diego Pampín (Oleiros, 2000), a la sazón capitán y cancerbero en ciernes.

Habla el canterano céltico sabiendo lo que dice, lo que es de valorar. Y rememora lo ocurrido en tierras ibicencas. "No estaba en absoluto planteado que fuese yo el portero. De hecho, Manu Farrando se acercó al banquillo a ofrecerse pero fueron los técnicos –Jacobo y Marcos Montes– los que apostaron por ponerme a mí para mantener una línea con los tres centrales. Y salió bien", comenta. Eso sí, admite que cuando se estaba poniendo los guantes, la película que se rodaba en su cabeza no acababa tan bien como lo haría la realidad después. "Esto va a ser un bombardeo, pensé para mí. Pero, por suerte, defendimos bien y no hicieron ningún disparo entre los tres palos. Una pena, porque tenía ganas de hacer una palomita...", chancea.
Más allá de lo anecdótico de la situación, Pampín destaca el carácter del grupo que capitanea. "Veníamos de no hacer el papel adecuado en Las Rozas en nuestro último partido fuera. Por eso, teníamos ganas de hacer bien las cosas y demostramos que somos un buen grupo y podemos hacer una buena temporada", comenta. Ampliando su análisis al choque entre semana contra el Melilla, el canterano reconoce que esos dos triunfos seguidos "nos hacían falta. No era agradable verse con un solo punto. Pero tampoco éramos tan malos antes ni ahora somos tan buenos. Queda mucho".

El capitán pide tiempo para un equipo que apenas ha podido entrenar con todos sus integrantes juntos y que, por lo tanto, vive una pretemporada dentro de la temporada. "Creo que todos juntos hemos entrenado una o dos semanas. Y no todos, porque con Losada o Bermejo, por ejemplo, hemos trabajado todavía menos. Está claro que esa circunstancia no nos beneficia, pero somos un filial y la verdad es que nos alegra que haya gente arriba", reseña.
En lo personal, afronta su tercera campaña en el filial y señala que ser capitán le ha supuesto un espaldarazo. "En las dos temporadas anteriores, no me sentían tan importante como ahora. El cuerpo técnico me dio esta responsabilidad y la encaro con muchas ganas", afirma. Porque la meta, para él como para todos, sigue siendo el primer equipo: "Está siempre en la cabeza. Trabajar duro para que nos den una oportunidad. Pero no hay sólo una forma de llegar. Losada ha jugado ya con 18 años y Kevin o Borja Iglesias tuvieron que esperar más y no son malos ejemplos. No sé qué es preferible, la verdad". Mientras, con el final de contrato en 2020, sólo piensa en el Celta y "en jugar en cualquier posición con la meta de llegar". Hasta de portero, si es menester.n

Te puede interesar