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Pablo Beiro, el origen de todo

Pablo Beiro murió hace casi seis años pero su legado permanece más fuerte que nunca,
photo_camera Pablo Beiro murió hace casi seis años pero su legado permanece más fuerte que nunca,
El deportista, gestor vigués abrió el camino en el área de Vigo
Cuando ahora los deportistas con alguna discapacidad inician una carrera deportiva no lo tienen nada fácil. Tienen que sortear innumerables trabas visibles e invisibles. Pero cuando Pablo Beiro comenzó a hacerlo era, desde prácticamente cualquier punto de vista, imposible. Este vigués socarrón, infinitamente inquieto y tan dado a los demás como refractario a admitirlo no sólo tumbó puertas, sino que las descubrió. Él, con su silla de ruedas, abrió caminos que ahora otros transitan, hayan tenido o no conexión directa con él.
Sí bebieron de su generosidad al menos la mitad de los mentados a la izquierda. Porque Beiro fue deportista casi por compromiso con la sociedad y se supo pionero sobre la marcha, asumiendo después lo que esto suponía con toda la carga precisa. Él abrió el camino también en los Juegos Paralímpicos, acudiendo a los de Seúl 1988 como integrante de la selección española de baloncesto. Un 15 de octubre de 1988 desfilaba  por el Estadio Olímpico de Seúl. Eran los VIII Juegos Paralímpicos, con 61 países en liza; los primeros con participación del bloque socialista.
Por entonces, llevaba una decena de años en el baloncesto, que comenzó a practicar en el Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, en aquel tiempo el vivero de jugadores para todo el país. Jugaba en el Amfip porque en 1982 un grupo de siete discapacitados, él y José Carlos González entre ellos, fundaba la Asociación de Minusválidos Físicos de Pontevedra a instancias del Imserso. El equipo estaba federado desde 1986 y en 1989 modificaba su denominación para convertirse en Amfiv.
Él, internacional en 49 oportunidades, era uno de los 51 componentes de la delegación española en Seúl. España, con Beiro y aquel fantástico jugador llamado Antonio Henares, batió a Corea (84-63) en el Grupo C y a Brasil (65-37) en los cruces del 9 al 16, perdiendo frente a Holanda, subcampeona olímpica (79-57), e Israel (72-55) en la liguilla y ante Bélgica (43-58) y Gran Bretaña (40-34) en las eliminatorias para determinar posición final. La selección acabó undécima sobre dieciséis países. Beiro murió el 28 de febrero de 2015; su legado no lo hará nunca.n

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