¿Cómo llega al Mundial?
Estuvimos preparando el objetivo todo el año y estamos muy bien. La temporada fue complicada y salvando los problemas, la sacamos adelante. Es el momento en el que estamos más fuertes de todo el año.
¿El objetivo es entrar en los Juegos?
Es el objetivo primordial y más importante. A partir de ahí, queremos estar lo más arriba posible. Lo básico es eso porque en esta modalidad no existe otra oportunidad, sólo hay plazas en este Mundial. A esto se añade que, en caso de entrar, ya metes a cuatro palistas en los Juegos de los seis que pueden ir por país, lo que supone un porcentaje muy alto.
Y sin segunda oportunidad.
No hay medias tintas, o estás o no estás. Es muy duro y con mucho nivel. Todos los países meten a sus mejores palistas aquí porque es donde se ponen en juego más plazas para Japón. Una vez que aseguras esas cuatro plazas, con ellas puedes hacer más pruebas. Eso es un margen muy grande para cubrir todo el programa olímpico.
¿Añade presión?
Es una presión añadida a lo que sería un Mundial normal, pero es nuestro trabajo, lo que tenemos que hacer y para lo que estamos preparados. No hay que dramatizar porque somos un barco potente y llegamos bien. En mi caso, ya me jugué en su día una clasificación en Hungría. Fue para los Juegos de Londres y me quedé fuera. A mí me trae este Campeonato del Mundo muchos recuerdos, pero espero que el resultado final sea diferente y acabar mejor.
Cristian Toro dejó el equipo, ¿cómo lo vivieron?
Empezó el año más o menos bien, pero en la concentración de Asturias ya le costó mucho. Lo llevaba mal y nosotros intentamos ayudarle, pero nos dimos cuenta de que no había mucho que hacer. Era una cuestión mental, no había mucha solución y se optó por el relevo por Arévalo. Creo que al propio Cristian Toro le ayudará parar.n
