El buen rendimiento del equipo en el campo se ha visto acompañado de decisiones en los despachos del club que han colaborado en el cambio radical del ambiente dentro y fuera del vestuario.
Desde la contratación de Manuel Agudo ‘Nolito’ hasta la renovación de Óscar García Junyent como técnico, sin esperar a que se consumase la permanencia, los movimientos de la directiva –alguno de ellos arriesgado y, sobre el papel, peligroso en momentos con tanto en juego– han acabado renovando la fe, como si el agotado y errado proyecto que comenzó el pasado verano hubiese acabado con la pandemia y más que un final de curso se estuviese viviendo ya el principio del siguiente.
Ése es el mayor logro de estos 10 días y, a la vez, su mayor peligro. Porque la permanencia está encaminada aunque no cerrada, pero también es cierto que la ilusión dentro y fuera del grupo de futbolistas ha renacido. En 20 días se cerrará una temporada atípica y, en lo deportivo, de nuevo frustrante. Pero se hará, previsiblemente, con un buen sabor de boca. Más si, como se apunta, es posible acordar estos días las continuidades de piezas clave cedidas esta campaña como Rafinha Alcántara o Jeison Murillo.
