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Un muy intenso pasado reciente

Denis Suárez se medirá al que fue su equipo durante la temporada 2015/2016.
photo_camera Denis Suárez se medirá al que fue su equipo durante la temporada 2015/2016.
El Villarreal coprotagonizó con el Celta el curso anterior dos partidos claves para ambos que cayeron del lado vigués

El Villarreal, que este domingo espera al Celta en el Estadio de la Cerámica en el retorno de la competición liguera, no fue un rival cualquiera para el Celta la pasada temporada. Los duelos entre el conjunto castellonense y el celeste resultaron especialmente significativos para dos conjuntos que se vuelven a ver las caras en una situación de apuro para uno de ellos. En este caso, el bando celeste.

La primera cita entre ambos del último curso llegó en diciembre, en la jornada décimo quinta de Liga. Por entonces, ninguno de los dos gozaba de muy buena salud. De hecho, el Celta había cambiado de entrenador –se fue Antonio Mohamed y llegó Miguel Cardoso– apenas dos jornadas antes y el conjunto levantino lo hizo justo después. A los dos días de aquel 2-3, el Villarreal, al borde de los puestos de descenso, destituyó a Javier Calleja y lo sustituyó por Luis García Plaza. Aquel encuentro también ha acabado siendo muy significativo para el bloque vigués, ya que sigue siendo el último que ha logrado ganar lejos de de Balaídos más de once meses después.
Pero, a fuerza de resultar trascendental, todavía lo fue más para los vigueses el choque de vuelta en Balaídos. Fue un 30 de marzo y, de nuevo, dos jornadas después de otro cambio de entrenador –en este caso, se fue Cardoso y llegó Fran Escribá–. Los dos primeros partidos con nuevo conductor acabaron en derrota, pero esa fecha fue la elegida para la reaparición de Iago Aspas tras más de tres meses fuera por lesión. Y el moañés fue clave en un triunfo que a posteriori fue el inicio de la salvación.
Resultó un partido enormemente emocional. Los dos equipos ocupaban plazas consecutivas, los visitantes fuera del descenso y los locales en él con cuatro puntos menos (29 y 25). Ekambi y Pedraza adelantaron en el marcador a los de amarillo –en los que volvía a estar en el banquillo Javier Calleja, en un giro de guión inesperado sucedido en enero– por 0-2 en apenas 15 minutos. Y todo pintaba negro en el equipo vigués.
Pero esa segunda mitad en Balaídos resultó eléctrica. Aspas apareció para marcar de falta directa en el minuto 55 y recortar distancias. Hubo que esperar 20 minutos pero llegó el empate local en la conexión uruguaya entre Olaza –que debutaba con la camiseta celeste– y Maxi Gómez. Y ya en el 86 llegó el éxtasis celeste con el tanto de penalti de Aspas. Las lágrimas del moañés cuando fue sustituido por Cabral a los 90 minutos ejemplificaron la trascendencia de ese día.
Los dos equipos acabaron salvando la categoría y ahora, el Villarreal reaparece de nuevo tras un cambio de entrenador en Vigo, aunque en este caso con sólo un partido de por medio, y en un  momento delicado celeste, otra vez en descenso. ¿Punto de inflexión?n 

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