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Mohamed, al ataque

Antonio Mohamed, en un entrenamiento en A Madroa.
photo_camera Antonio Mohamed, en un entrenamiento en A Madroa.

El extécnico celeste cree que el Celta "estará abajo dos años más"

Antonio Mohamed sigue dolido por su salida del Celta y ha aprovechado la situación actual del equipo celeste, a un punto de la zona de descenso, para hacer leña del árbol caído. En una entrevista con el diario "La Nación", el técnico argentino insiste en que "me fui" del club, y vaticina dos años en el pozo para el equipo vigués "por cómo piensan".

"Me vine de España porque querían que no sea yo mismo", afirmó Mohamed, que agregó que "me gusta la plata como a todos, me gusta ganar como a todos, me gustan las cosas que les gustan a todos los hombres. No tenés que andar de traje y corbata todo el día para ser un tipo respetuoso".
Sobre su estancia en Vigo, el expreparador celeste, ahora en las filas de Huracán, explicó que "primero fui parte de lo que es el Celta en los últimos diez años. Hoy está más abajo de lo que lo dejamos y así va a estar creo que un par de años largos más, por cómo piensan. Se me fue el encanto de ir a Europa, no fui al lugar que debería haber ido, ellos no llevaron al entrenador que pretendían y fue un cruce que no funcionó. Tener que ir al palco oficial en traje, salir a hablar con ese uniforme. No iba conmigo. Nunca me sentí cómodo. En el Celta quise proponer algo diferente y para ellos era comer en cuero en un restaurante de lujo, demasiado caretaje. Me hacían sentir así. Eso hizo que se generase una distancia hasta que en la fecha siete me echaron y estando en la mitad de la tabla. Si le ganábamos a Real Madrid quedábamos sextos, perdimos y quedamos duodécimos. Ahora está decimocuarto a dos puntos del descenso y así va a seguir y no va a cambiar".  Mohamed recordó también que el Celta "es un equipo que recibió doscientos goles en tres años y no quieren cambiar. Es un club vendedor, pero que te lo digan de entrada, porque no fueron claros. Querían un técnico que siempre juegue de la misma manera y les dije que yo no era ese entrenador, que estaban equivocados. Y cuando se lo dije buscaron la manera elegante para decirme chau".
Por otra parte, el entrenador argentino reveló que hace meditación, que "es enfocarse por cinco minutos en algo para sacar los pensamientos que no corresponden".
"Cuando fui al América de México a dirigir, todo lo que se decía me afectaba mucho. Me crucé con un argentino allá, Marcelo Schetjman (el coaching de América de México), que me dijo: "Lo primero que tenés que saber es que vos sos un mortal y un boludo como cualquiera. Ahora si vos te la creés porque sos el técnico de América y venís con un coche importado al entrenamiento, no te sientes conmigo a hablar. Y lo segundo es que tenés que saber es que a vos no te putean, insultan a la silla. Te echan a vos, te vas por la puerta de atrás y no se da cuenta nadie. Después arranqué con la meditación para sacar todo lo que me hacía mal", dijo. n

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