Las combinaciones de Mina y Aspas arriba, con socios varios, llenaron ayer los ojos de los aficionados en el primer amistoso de pretemporada del Celta, que se llevó con holgura ante el Lugo. Nada hecho, pero mucho por lo que ilusionarse.
El campo de Baltar se llenó ayer para presenciar en directo los primeros minutos del Celta 2019/2020. Con lo que eso representa de ilusión; con lo que eso representa de experimento. Una tarde soleada para atisbar esbozos, más que realidades. Y pruebas, más que decisiones.
De entrada, Fran Escribá, técnico celeste, elaboró un once inicial mezclando los diferentes perfiles de los que dispone en esta pretemporada tan poblada. Tres de los cinco fichajes –Denis Suárez, Toro Fernández y Jorge Sáenz–; dos de los jugadores del filial –Lauti y Bermejo–; y seis futbolistas que repiten de la pasada temporada
–Sergio, Kevin, Costas, Juncá, Beltrán y Jozabed–. Un híbrido que quiso, desde el primer minuto, tener el balón ante un Lugo que también probó con un once experimental con varios jugadores de la cantera.
La cuestión era situar al equipo en campo contrario la mayor parte del tiempo, mover de inicio entre centrales apoyándose en los laterales o en Fran Beltrán, que ejercía de pivote, y llevar las jugadas por banda. Un funcionamiento todavía rudimentario pero con la idea de robar lo más arriba posible y mostrar fortaleza cuando tocaba replegar. Como suele pasar en estos casos, más que apuestas fueron esbozos.
Y eso que en el minuto 1 ya hubo gol celeste. Falta lateral sacada por Denis, cabezazo forzado en el segundo palo de Costas y remate en su propia portería de Pita. El tanto incidió en esa dinámica de control vigués y repliegue lucense que se fue truncando con el paso de los minutos y el cansancio. De hecho, el Lugo mereció empatar antes de descanso con hasta tres ocasiones, la más clara un balón al palo de Tete tras superar a Kevin dentro del área. En el bando céltico, descatar la intensidad que le puso Lauti, que jugaba en casa.
Como es norma en el inicio de las pretemporadas, el descanso sirvió para cambiar el once en su totalidad. Otro híbrido pero con dos futbolistas del filial –Ros y Molina– y sólo un fichaje: Santi Mina. Ese ataque con el vigués y Aspas, con Pione y Brais por bandas, enseguida dio sus frutos. Lobotka encontró al moañés, que buscó al danés y éste, a Mina. El retornado no se lo pensó desde el borde del área y ajustó el balón a un palo para marcar.
Esas conexiones en los últimos metros, siempre con Aspas en ellas y con las grandes ayudas de Olaza y Sergio Carreira, fueron lo mejor del Celta en una segunda mitad en la que el Lugo se vio muy sometido. La acción del tercer tanto, de Aspas vía penalti, es una buena muestra. Pero hubo más en un partido que acabó con buenas sensaciones, más allá de empezar con victoria, que siempre sienta bien.
Celta:
Sergio; Kevin Vázquez, David Costas, Jorge Sáenz, David Juncá; Sergio Bermejo, Fran Beltrán, Jozabed Sánchez, Denis Suárez; Lautaro Fernández, Gabriel 'Toro' Fernández.
Segunda parte: Iván Villar; Sergio Carreira, Facundo Roncaglia, Juan Ros, Lucas Olaza (Diego Pampín. min.80); Brais Méndez (Iker Losada, min.80), Dani Molina (Miguel Fernández, min.80), Stanislav Lobotka, Pione Sisto; Santi Mina y Iago Aspas
Lugo:
Cantero; Iriome, Pita, José Carlos, Lebedenko; Calderón (Vesprini, min.70), Jaume, Borja Domínguez, Tete; Herrera y Antón Escobar.
Segunda parte: Varo; Campabadal, Vieira, Brunet, Lebedenko; Calderón, Seoane, Álex Rey, Juan Muñiz; Manu Barreiro, Carlos Castro.
Goles:
1-0, min. 1: Pita, en propia puerta; 2-0, min.51: Santi Mina; 3-0, min.77: Iago Aspas, de penalti.
Árbitro:
Pastoriza Iglesias. Una amarilla para el lucense Juan Muñiz.
