Alberto Meira, como no podía ser de otra forma dado su resultado final y su condición de piloto local, fue uno de los más aplaudidos en meta. Y también de los más satisfechos con la plaza alcanzada por las carreteras cercanas a su casa en su retorno al Rías Baixas. “Hacía cuatro años que no corría aquí. Ya lo echaba de menos. Los tramos, salvo alguno que nunca habíamos corrido, eran conocidos para nosotros así que conseguimos ir a ritmo”, explicó el piloto de Vincios al término de la jornada.
Ya había avisado Meira antes del rally que no podía partir como el gran favorito a la victoria. "El coche de Cohete es más moderno y tiene el ritmo del Supercampeonato de España pero hoy demostramos que, poco a poco, y si tuviésemos presupuesto para hacer ese certamen, estaríamos luchando con ellos en un par de carreras”, señaló Meira.
Todo en el ambiente de la céntrica calle viguesa de Policarpo Sanz, que ya vivió una noche especial de viernes, con todos los coches durmiendo allí, al alcance de las miradas de los vigueses. Esos mismos que ayer acudieron a aplaudir.