TÁMARA ECHEGOYEN. Regatista pontevedresa que acudirá a los Juegos de Tokio

"La Medal de Río fue el motor que me ha llevado a Tokio"

Támara (dcha.) vivirá en Japón sus terceros Juegos, esta vez con Barceló.
photo_camera Támara (dcha.) vivirá en Japón sus terceros Juegos, esta vez con Barceló.
Támara Echegoyen (Ourense, 1985) cumplió el pasado lunes 35 años, un día después de ganar el Mundial de 49erFX y uno antes de que la Federación Española oficializase que serían ella y su tripulante, Paula Barceló, quienes representarán a España en los Juegos de Tokio. Será su tercera cita olímpica, tras un oro en Londres y un agridulce diploma en Río, y esta regatista de muchos puertos se reivindica (con razón) con la misma sencillez y la misma sonrisa de siempre. 

Que la decisión haya llegado tan pronto será una liberación y una ayuda para preparar los Juegos.
Todo el tiempo que tengas para prepararte está muy bien. Sobre todo porque en la vela la innovación y la prueba en los materiales requiere un poco de tiempo. Hay situaciones en que la selección se tiene que alargar más pero cuanto más tiempo te dan, más cómoda trabajas. Ahora, te puedes plantear la temporada y las regatas con diferentes objetivos que te permitan probar cosas y que no todo se centre sólo en resultados.

Con todas las dificultades habidas, al final le ha salido perfecto el ciclo olímpico. Ha podido hacer lo que usted quería: vela oceánica y vela olímpica. 
La realidad es que sí. Cuando me meto en un proyecto, aunque parezca muy imposible, siempre tengo todo muy estudiado. Pero es cierto que en el deporte a veces las dificultades aparecen en el medio del camino y tú no puedes hacer otra cosa más que levantarte. Ha sido muy complicado y no sólo porque hayan sido sólo dos años. La gente no se da cuenta de que durante otros dos yo he estado separada de un mundo en el que las demás tripulaciones han seguido entrenando y subiendo el nivel; he empezado con una tripulante nueva que nunca había navegado en un 49er, que tiene una calidad extrema pero necesita adaptarse; y encima hemos tenido lesiones que nos han apartado de las competiciones importantes y del agua bastante tiempo. Si la fórmula es el trabajo a lo largo del tiempo y nos lesionamos y no lo tenemos y el resto sí, pues la fórmula no va. Pero la verdad es que confío mucho no sólo en Paula y en mí como dúo, porque hay mucha compenetración y confianza, sino en el gran equipo que tenemos alrededor, que hace que ese intervalo de tiempo se reduzca y consigas llegar a las  competiciones en menos tiempo que las demás y con un nivel que permita ganar un título mundial. Si me pongo a pensar, el ciclo olímpico no ha sido perfecto. Cuando acaben los Juegos hablaremos.

Estas últimas semanas, con los grandes resultados en el Campeonato de Oceanía y en el Mundial, ¿les sirven para demostrarse que pueden dar el máximo cuando es necesario, como lo será en Tokio?
Es una motivación y te da confianza. Porque para llegar a un podio, tienes que haberlo hecho antes. No siempre y en todas las regatas, pero sí al menos una vez. Eso significa que puedes llegar porque ya lo has hecho.  Tiene que pasar durante un ciclo. Lo bueno de que haya pasado es que Paula y yo sabemos que podemos estar ahí. Eso no quiere decir que nuestro nivel ahora sea el mayor. Hay cosas que mejorar. 

En ese sentido de competitividad, ¿ha venido bien ese duelo con Patricia Suárez y Nicole van der Velden por la plaza?
Siempre lo digo y la gente me mira como si estuviese loca: la competitividad, no sólo dentro de tu país sino también a nivel internacional, es lo que te hace seguir evolucionando. Hay situaciones que se dan así. Por ejemplo, en Londres tuvimos una competitividad muy grande con otros dos equipos hasta el final. En Río, Berta y yo no la tuvimos en España, pero eso no quiere decir que no la trabajásemos con otros países para poder tenerla. Y en este caso volvió a ser una selección reñida. Por diferentes circunstancias, siempre estábamos los dos barcos uno arriba y otro abajo, luchando. Y aunque pueda ser más incómodo, a mí me gusta esa competitividad porque te hace estar alerta y siempre trabajando para dar un poco más. Y sobre todo porque, no nos olvidemos, a mí me gusta que haya chicas navegando en España, que mires para atrás y veas equipos que puedan llegar a los siguientes Juegos y obtener grandes resultados. Estaba encantada, aunque es cierto que conlleva una dificultad a mayores, pero esto es parte del juego. La pena es que en vela sólo pueda ir una tripulación por país.

Afronta sus terceros Juegos, ¿qué ha cambiado en usted como regatista desde que se metió en los primeros en Londres?
La esencia sigue siendo la misma pero soy completamente distinta. Cada proyecto me ha ayudado a ser mejor, he aprendido cosas buenas y me hace ser diferente. Todas ellas son aprendizaje y eso es buenísimo. Lo que nunca ha cambiado en mí es esa ansia y esa necesidad de aprender. Cada día me levanto y soy consciente de que hay algo que puedo aprender para ser mejor. Nunca me conformo con lo que soy, siempre quiero saber un poco más. Espero no perderlo.
Ahora que se acerca a Tokio, ¿qué recuerda de Londres y Río?
Fueron campañas totalmente distintas. Ccompartieron la misma ilusión y motivación. En un caso nos llevaron a lo más alto y con Berta llegué a hacer lo imposible: estar con opciones de medalla hasta el último momento y escapársenos en la Medal. En las dos, independientemente de con quién navegase, se creó una historia alrededor que consiguió emocionar a la gente y que la gente se sintiese partícipe de los resultados de las deportistas. Y eso no es fácil. Se cree que sí pero es muy complicado y mis equipos lo han logrado. Es de lo que más orgullosa me siento. Y ahora con Paula, vamos en camino y espero poder volver a emocionar a la gente, que es lo que realmente tiene valor en el deporte.
¿Aquella Medal en Río la ha impulsado?
Estoy segurísima de que es el motor que movió mi campaña hacia Tokio. Aunque para mí fue una tristeza no haber podido celebrar un podio con Berta, una de las mejores tripulantes que hay en España y que se merecía traer una medalla olímpica colgada por lo que trabajó y por su calidad y es lo que más me duele, estoy convencida de que el hecho de que se hubiese escapado esa opción me ha dado las fuerzas para ahora, después de hacer una Volvo, meterme en la locura de hacer una campaña de dos años con una tripulante nueva y poder decir que estamos seleccionadas para Tokio después de haber ganado un Mundial.

¿Y serán sus últimos Juegos?
Seguramente. Pero siempre digo lo mismo y míreme. Igual dentro de cuatro años estemos hablando otra vez de lo mismo. No se me puede hacer mucho caso (ríe)... No está en mi cabeza pero lo que me apasiona son los proyectos y si sale uno que lo hace, seguramente estaré ahí subida.n

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