balonmano

La mascarilla se pone de moda

Partido de balonmano: un equipo lleva mascarilla y el otro no.
photo_camera Partido de balonmano: un equipo lleva mascarilla y el otro no.
Los jugadores de balonmano incrementan el uso de la protección en las categorías en las que no es obligatoria
Una cuestión es la normativa y, por encima de ella, puede aumentarse la protección de forma individual. Así sucede en el balonmano de categoría estatal, ya que en las última semanas aumentó de forma considerable el número de jugadores que optaron por jugar con mascarilla. "Nosotros entrenamos siempre con la mascarilla y, en el partido, el jugador escoge si llevarla o no. Pero cada vez son más los que optan por hacerlo", explica Adrián Teixeira, segundo entrenador y preparador físico del Rodosa Chapela de balonmano de Primera Estatal. Uno de los jugadores, Pablo Galiano, describe la situación: "La pongo de forma voluntaria y, teniendo en cuenta que trabajo en una fábrica en la que todo el mundo la lleva, me parece lo más consecuente. Entiendo que haya gente que se ahoga. Yo soy asmático y, aún así, la llevo e intento convencer al máximo número de compañeros posible". En su caso, la decisión llegó desde el primer momento de la pretemporada debido a que "partiendo de la base que no deberíamos estar jugando, tienes que tomar la mayores medidas posibles. Igual hay otros compañeros que están a una distancia mayor del defensor, pero mi caso, que juego en la posición de pivote, estamos pegados, cara con cara. No te queda otra porque juegas contra oponentes que no sabes dónde estuvieron y qué hicieron los días anteriores". 
El balonmano fue la disciplina que optó por mantener su calendario. Comenzó la competición en septiembre y, en gran medida, marca una pauta. En las primeras semanas, tras aprobarse el protocolo sin el uso de mascarilla, en las categorías estatales apenas se utilizaba en competición, pero el número de jugadores que la usan ha ido creciendo. No sucede así en otras disciplinas como en el fútbol, que sólo se usa en los entrenamientos de categoría autonómica. 
Laura Piñeiro, del Lavadores de División de Honor Plata, explica que "ya que la Federación Española no piensa mucho en nosotras, decidí hablar con las compañeras y empezar a entrenar con mascarilla. Al final, el riesgo entrenando es alto porque estamos en contacto con gente a lo largo del día y comenté la opción de empezar con la mascarilla. La usamos toda la pasada semana y, en el partido, sólo la utilicé yo, pero me da igual. Me sentí cómoda y tengo claro que la utilizaré a partir de ahora". 
La medida, además, se convertirá en generalizada en los próximos días porque el Lavadores implantará la mascarilla para todas sus jugadores. Concretamente, usará el modelo impulsado por la Federación Galega de Balonmán y que fue el utilizado el pasado fin de semana por los equipos de categoría autonómica con buenos resultados. Uno de los jugadores que la utilizó fue el extremo del Seis do Nadal, Xabi Soutullo. El joven de 19 años describe que "puedes jugar y respirar bastante bien. La quirúrgica, que es la que venía usando en los entrenamientos, se metía en la boca y terminabas ahogado, pero esta no. Yo pude jugar perfectamente y no me hizo falta ni intentar apartarla para respirar". 
No obstante, la mascarilla obliga a realizar cambios porque, a pesar de que se puede jugar con ella, "no es lo mismo que hacerlo sin ella. Es duro porque hay momentos en los que te falta el aire. Pero yo soy asmático y la agunto", expresa Galiano, del Chapela. Por su parte, el entrenador del Balonmano Porriño de Primera Autonómica masculina, Dani Benaches, explica que "en los entrenamientos, tienes que tener más cuidado con los tiempos. Acortarlos para evitar una posible falta de aire en los jugadores. Además, también empezamos la temporada tras mucho tiempo parados y se nota. En los partidos, tienes que acortar también los tiempos y rotar. Ya se hacía antes y, ahora, más".
Adrián Teixeira, del Rodosa Chapela, mantiene esta línea. "Las primeras semanas sí que estuvimos más encima de los jugadores por si aparecía algún problema y sí que parece que ahora están más acostumbrados, pero hay días que te piden algún momento de pausa para quitarla y respirar un poco porque se nota. Acostumbrarse del todo no creo que lo hagan porque es algo muy agobiante". Es un hándicap que se puede gestionar en una situación extraordinaria porque "si seguimos jugando, tenemos que tomar el máximo de precauciones posibles", ratifica Galiano. Un punto de vista que también comparte Laura Piñeiro: "Yo soy estudiante universitaria de enfermería y ya hubo casos en clase. Prefiero cubrirme al máximo porque las pruebas que hacemos cada dos semanas sólo detectan el virus, pero puedes estar una semana entrenando con tus compañeras y contagiarte. Por eso, todo lo que sea prevenir es bueno".n

Te puede interesar