Vig-Bay 2023

Marea de atletismo en la Vig-Bay

El grueso del pelotón de la Vig-Bay cubre los primeros metros de la prueba a lo largo de la Avenida de Samil en la que, como cada año, se produce una salida multitudinaria.
photo_camera El grueso del pelotón de la Vig-Bay cubre los primeros metros de la prueba a lo largo de la Avenida de Samil en la que, como cada año, se produce una salida multitudinaria.
Casi 3.500 atletas participaron en la multitudinaria media maratón entre entre Vigo y Baiona, con buen tiempo. Jorge Puig logra su primer triunfo y Alice Finot, el segundo. La Minibay y Discamino, otros protagonistas

Se viven tiempos difíciles, de dura competencia, de proliferación de carreras y de dispersión. Quizás por eso, la ausencia de noticias es, de por sí, una buena noticia. Así sucedió en la Vig-Bay de ayer entre Vigo y Baiona que volvió, tras la pandemia y dos ediciones con maratón, al formato clásico con el añadido de la Minibay de distancia reducida. Lo hizo con buenos números para la actualidad, al completarla 3.438 deportistas. Y tuvo viento a favor por la ausencia de incidencias, la bonanza meteorológica y, en la parcela deportiva, por los registros firmados por los dos ganadores, Jorge Puig y la céltica Alice Finot.  También favorecidos por el aire que golpeó, en la mayor parte del tiempo, por la espalda. 

 

 

La matinal resultó un tanto fría, pero en uno de esos días soleados postlluvia de atmósfera limpia que permitía observar la Ría de Vigo en su esplendor con el mar azul y las Cíes el fondo. Incluso, en los lugares más cercanos, hasta se escuchaba el ruido del agua y el azul era roto por la espuma blanca de zonas rocosas. Y es que el viento, que sopló -mayormente a favor-, dejó cierto mar de fondo y que añadía un punto más de belleza.

Entre los hombres, Pablo Otero, quizás espoleado por el llano inicial de Samil y su marca de hora y seis minutos en Valencia, salió a un ritmo duro de carrera. Probablemente en exceso. La subida tras pasar el Lagares y la de Canido pronto frenaron su vehemencia. Casi es insultar a la Vig-Bay salir con una marcha de más. Lo sabía el veterano Alejandro Fernández y lo intuyó el santiagués Jorge Puig. Dejaron a Otero y en el quinto kilómetro, camino de Mide, ya estaba capturado. 

Vio la opción el santiagués, que vive ese proceso personal de luchar por ser un buen competidor de pista, mientras levanta los brazos en la ruta. Y, al terminar, proclama, “me gustan las cuestas. Desgastan más a los rivales que a mí”. Él, probablemente, no lo sabía pero nació para la Vig-Bay con esas características. Se lanzó a por la victoria con un cambio de ritmo que dejó a Alejandro Fernández y a Pablo Otero. El veterano ourensano no pudo y Otero pagó la alegría inicial con kilómetros de reposo para reflexionar con vistas al mar sobre lo que quedaba por delante. Ahora decidió esperar y sacar el ritmo al final para ser segundo. Alejandro Fernández completó el podio y, seguramente, con cierta sensación de que comienzan a pesar los años para volver a ganar en la Vig-Bay. Dos jóvenes lo batieron con claridad y con buenos tiempos, claramente por debajo de la hora y diez minutos. Otros nombres conocidos como Javier Paredes, Daniel Bargiela o Marco Ferreira estuvieron lejos. Los años pasan y la juventud llega, poco a poco, de forma inexorable. 

 

 

En mujeres, el pronóstico era sencillo. Alice Finot, campeona de Francia, medallista europea, optó por anotarse para realizar un entrenamiento rápido. Quedaba por saber los minutos en los que aventajaba a la segunda y si se exprimía para batir su tiempo de 2019. El viento la ayudó, pero no su estado de forma al estar en la primera semana de la temporada de pista al aire libre. Firmó un tiempo de 1h 15:25, algo por encima del 1h 15:11 de hace cuatro años. Un tiempo que es récord en el trazado de la Vig-Bay estrenado en 2013. No cayó la plusmarca por poco, pero su presencia otorgó brillo a la prueba y añadió un poco más de luz a una mañana que, de por sí, ya resultó soleada. 

Detrás, muy detrás, la viguesa Sandra Mosquera cruzó la línea de llegada segunda mostrando una enorme tenacidad. Desde la victoria en 2018, suma podios y batió a otra céltica y también francesa, a la joven Zoé Cardin, que completó el podio. Trío de deportistas federadas con buen nivel, actual o pasado, en pista. Sin podio llegó el vagón para las atletas populares. 

Hasta 2.853 corredores entraron en la clasificación de la Vig-Bay en su distancia clásica. A ellos se añaden los 41 participantes en vehículo adaptado y los 544 deportistas presentes en la Minibay. La cita entre Nigrán y Baiona vivió una doble victoria con cierto exotismo. Se impusieron el venezolano residente en Ourense Manuel González y la zamorana de Puebla de Sanabria Estafanía González. Incluso para la distancia corta, el olor y las vistas al mar atraen a los atletas.

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