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Llovió a gusto de todos

La Chourizada de Oia se celebró con barro, que endureció, pero también hizo divertido el trazado.
photo_camera La Chourizada de Oia se celebró con barro, que endureció, pero también hizo divertido el trazado.
El agua nocturna y el coronavirus no truncaron una Chourizada de Oia con 60 ciclistas 
La Chourizada de Oia con mayor dificultad, pero con el mismo sabor de siempre, se disputó el pasado domingo a pesar de que este año el bocadillo de chorizo que da nombre al evento se entregó de forma individual cuando cada uno de los corredores cruzaba la línea de llegada. La pandemia del coronavirus condicionó la celebración de una prueba que optó por realizar una salida escalonada por grupos para tratar de evitar cualquier aglomeración de ciclistas en el monte, a pesar de que la participación quedó reducida a 60 participantes. 
La cita la organizó el Ciclismo Oiense bajo el protocolo de la Federación Galega y tuvo como principal invitado el barro que endureció los más de treinta kilómetros de la prueba. Durante la noche del sábado a domingo, cayó el agua con fuerza y dejó húmedo el trazado, que se convirtió en lento con el paso de los participantes. "Pero lo pasaron bien porque muchos eran lo que querían", explicó Aser Estévez, presidente del club organizador. 
La salida se realizó en las inmediaciones del monasterio de Santa María de Oia y, a partir de ahí, el trazado discurría por pistas y senderos del municipio con subidas duras y también tramos técnicos de bajada. A pesar de que la participación fue notablemente inferior a años precedentes, Estévez expresó que "estamos muy contentos de poder hacerla. De las tres marchas que teníamos, pudimos hacer dos y es algo muy complicado este año con el Covid". Las características del municipio y los kilómetros de monte ayudaron a la necesaria dispersión de los deportistas.n

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