BALONCESTO . LIGA CHALLENGE

Lamana pone la alegría

Fequiere, con el balón, en una acción del partido de ayer ante el Paterna valenciano.
photo_camera Fequiere, con el balón, en una acción del partido de ayer ante el Paterna valenciano.
La velocidad de la joven base de 20 años decide en los minutos finales un partido que dominó el Celta Zorka Recalvi y que estuvo cerca de tirar a la basura en el parcial definitivo

Un martes de semana en Navia. Día poco habitual para el baloncesto del Celta Zorka Recalvi, que en este calendario de aplazamientos, peticiones y fechas difíciles recibió al Paterna valenciano con el objetivo de sumar una nueva victoria con la que alimentar las aspiraciones de pelear por el ascenso. Quizás por eso o igual para despejar la tristeza de los tiempos complejos de covid, cuarentenas y demás tristezas posteriores a la Navidad, los dos equipos brindaron a los aficionados semanales un enfrentamiento eléctrico, de juego rápido, continuas canastas y escasos momentos para el respiro. Todo ello con suspense final por el atasco local que despejó el juego eléctrico de Laia Lamana. 

Bajo este contexto de alegría y alborozo baloncestístico se vivió una primera mitad con claro dominio vigués. Salvo en los primeros minutos en los que las ventajas tuvieron sello valenciano, la formación de Cristina Cantero tomó la delantera en el primer cuarto y así se movió. Por delante, pero con rentas escasas. Cada amago o intento de estirar la diferencia era respondido por el Paterna y así se movió el encuentro. Anota tú, pero tú también. Y una y otra. Ahora me marcho de siete, ahora reduzco a tres. Cambio, un triple por aquí, una personal por allá y otra de dos. Y así se llegó al descanso con un 51-45 que proyectaba un marcador pocas veces visto en Navia, de más de noventa puntos para las dos formaciones.

En el apartado individual, en el equipo vigués aportaba la de siempre, la ‘center’ Marita Davydova, que ayer encontró la colaboración de Sara Castro en la anotación, ante el día algo nublado de Fequiere, Musa y Celia García desde la larga distancia. En el conjunto local, una vieja conocida, la excéltica Itziar Germán, recordaba sus buenos tiempos antes del descanso. Lideraba a su equipo. 

Así se llegó al intermedio y, con el paso por los vestuarios, también se terminó la festividad anotadora. Una pena para el espectador, que tenía un día de agitación de emociones desde la grada. Aunque -se puede intuir- que algo más felices comenzaron a observar los partidos los técnicos, que veían de pronto cómo sus directrices funcionaban en ambas partes de la pista. Y, como en casi todos los partidos, también llegó la particular zozobra del Celta Zorka Recalvi, un tramo dominado por los errores. La local Maggie Mulligan anotó de dos y, después, apareció  como por arte de magia. Sin avisar, surgió un parcial de 0-7 que dejaba el tanteador en 53-52. 

El tiempo muerto planeaba sobre la pista de Navia, pero la medida eficaz consistió en el cambio de dirección en el equipo local. Laia Lamana dio el relevo a Mariona Martín y, por el cambio o por mayor acierto, el enfrentamiento volvió a variar. Un triple de Sara Castro rompió la tendencia y, a partir de ahí, se entró en una dinámica completamente celeste que pudo decidir el partido. Del 0-7 se pasó a un 13-2 hasta el final del cuarto. En más de seis minutos, la escuadra valenciana anotó dos puntos. Un atasco ofensivo monumental en un partido que pasó de un festival en ataque a una exhibición de contención. Y el incondicional público del martes siguió feliz porque ganaba su equipo y eso es lo prioritario.

Todo parecía resuelto. Pero solo era eso, apariencia. Faltaba la desconexión local, la de verdad. En el tercer cuarto amagó y, en el último, desperdició doce puntos de renta. Así, el electrónico reflejó un 74-75 descorazonador a falta de tres minutos.  Pero estaba Lamana con su baloncesto alegre, divertido. Asistió y anotó. La victoria quedó en casa.

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