balonmano

Las jugadoras se oponen a prolongar la competición

Las jugadoras del Mecalia Guardés y el Porriño se muestran preocupadas por su salud.
photo_camera Las jugadoras del Mecalia Guardés y el Porriño se muestran preocupadas por su salud.
Las capitanas de Guardés y Porriño entienden que lo mejor es dar por finalizada la temporada 

Jugar parece la última opción y lo que no desean el conjunto de jugadoras de División de Honor de balonmano. Así lo expresaron Sarai Samartín y África Sempere, capitanas del Conservas Orbe Porriño y el Mecalia Atlético Guardés, y también es el sentir mayoritario de las deportistas de División de Honor tras realizarse un cuestionario interno en los últimos días. En él, las jugadoras buscaron sacar sus propias conclusiones y la respuesta con mayor consenso fue dar por terminado el curso o, en todo caso, no extenderse más allá del mes de mayo. Estos dos puntos son los opuestos a los que expuso la Real Federación Española de Balonmano esta semana, ya que, además de mantener la intención de que se retome el curso liguero, abren la puerta a disputar partidos en junio. "Parece que no se nos tuvo mucho en cuenta", admite Sempere. Una frase similar pronunció Samartín: "Por lo que se ha dicho, no se tuvo en cuenta nuestra opinión".  

Una cuestión de salud
Más alla de las consideraciones puntuales y de los casos individuales, el primer punto en el que coinciden ambas jugadoras es preservar la salud antes de tomar cualquier tipo de decisión deportiva. La expansión del coronavirus puede convertir el deporte y los partidos en focos de transmisión y, por lo tanto, "lo mejor y más seguro es terminar la temporada, tanto por seguridad como por fechas". 
A este aspecto, Sarai Samartín incluye la propia situación del Conservas Orbe Porriño, que se encuentra en descenso. "No vemos viable la opción de seguir jugando y, en el caso de que nos quieran descender sin terminar la liga, sí que preferimos jugar pero teniendo en cuenta que sea seguro hacerlo", resume. 
Este es el primer deseo de las deportistas, que la Federación Española opte por dar por teminada la campaña. En gran media porque hay muchas jugadoras que se encuentran en reclusión y que lo hacen lejos de su lugar de residencia habitual. Una realidad que se agrava en el caso de las extranjeras. Debido a la situación global, muchos países ya cerraron sus fronteras y las jugadoras temen no poder volver a casa. Y desean hacerlo cuanto antes. 

Los contratos terminan en mayo
Un punto que tienen meridianamente claro las jugadoras de balonmano y también las capitanas de Porriño y Guardés es lo complicado que sería alargar la campaña más allá del mes de mayo, debido a que los contratos expiran al final de ese mes. "Nos parece una locura alargar la temporada porque hay gente de fuera que tiene que prolongar visados y, al final, son dos meses de descanso que tienen las jugadoras para ver a la familia y desconectar", explica Sarai Samartín. Una visión muy similar a la de África Sempere y a la de toda la plantilla de la formación del Baixo Miño. "Nosotras tenemos firmado hasta mayo y muchas jugadoras tienen prevista su marcha y el regreso a casa en junio. Siempre hay inconvenientes si se alarga. Hay compañeras que tendrán que volver a sus países. Igual tenían los billetes comprados y es un problema para todo", explica Sempere. La alicantina reitera que "no sabemos cuándo se va a levantar el confinamiento y las medidas que se tienen que tomar. La gente tiene miedo y no está preparada para retomar la competición". 

Posibles descensos
En caso del Conservas Orbe Porriño, las jugadoras viven la situación con un poco más de tensión porque a falta de seis jornadas se encuentran en zona de descenso. Por ello, a la decisión de dar por terminada la campaña añaden que "queremos jugar antes de que nos desciendan. Todavían quedan partidos por dalante y no sería lógico un descenso así", matiza Samartín. En el caso de su equipo, señala que "quedaría más de la mitad de la segunda vuelta por disputarse. Perder la categoría así, sería muy injusto".
En todo caso, la situación es compleja en un contexto de bajo profesionalismo y con sueldos pequeños para muchas de las implicadas. Un gran número de clubs ya se acogió al expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a la espera de que pase el estado de alarma. Las jugadoras, en una posición delicada, no encuentran receptiva a la Federación Española.n

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