La verdad es que estoy cansado, pero muy agradecido por toda la ayuda que encontramos. Siempre hubo gente corriendo con nosotros", explica José Antonio Figueroa, que ayer terminó el reto de cubrir 330 kilómetros por la provincia de Tarragona junto a Óscar Griñó para recaudar fondos y destinarlos a la asociación viguesa Bicos de Papel y al hosital Sant Joan de Deu. Antes del evento ya habían alcanzado la cifra de 5.000 euros, deben contabilizar lo hecho esta semana -unos 2.000 más- y mantienen la cuenta abierta para donativos todo el mes. “Vino bastante gente porque Griñó es de aquí y, la verdad es que viéndolos a ellos casi se te pasan los dolores. Y eso que terminé con el tibial destrozado”, explica Figueroa.
Los deportistas, a los que también se unió Lucas Ruiz Santiago todo el trayecto, pudieron cubrir el reto en el tiempo marcado de 96 horas tras mucho esfuerzo. “En el primer sector, nos perdimos porque íbamos con el gps, pero estaba cerrado el recorrido. Pasamos tiempo para encontrarlo y era muy duro, con muchas piedras", explica el redondelano. Eso sí, siempre “tuvimos compañía y, después, en los últimos días todo el tiempo venía gente. Hasta unos niños nos acompañaron en un tramo”. Figueroa y Griñó ponían como desafío donar un euro por kilómetro hecho, pero se encontraron otros muchos gestos. “Llegábamos a los refugios de montaña y no nos dejaban pagar. La verdad es que el apoyo que encontramos no lo esperaba", resume.
