lanzamiento de disco

Entre la jaula atlética y la canasta

Cristina Freire compagina el baloncesto con el atletismo, deporte en el que es subcampeona gallega de disco.
photo_camera Cristina Freire compagina el baloncesto con el atletismo, deporte en el que es subcampeona gallega de disco.
Cristina Freire, vigente subcampeona gallega de lanzamiento de disco, cambia el Celta por el Marín de baloncesto 
Dos deportes, dos pasiones y ambas con nivel. La viguesa Cristina Freire, de 19 años, tiene el corazón, la cabeza y el tiempo libre dividido entre el baloncesto y el lanzamiento de disco, ambas modalidades deportistas que práctica desde antes de los 10 años. A los 3 ya empezó en el deporte colectivo y a los 8 siguió a su hermano para entrar en una pista de atletismo. 
"Compagino los dos como puedo. Hasta el momento, tuve la suerte de hacer las dos cosas porque me gustan ambas. A día de hoy, el atletismo lo tengo un poco de lado porque, entre la universidad y el baloncesto, se me complica más. Aun así, siempre que puedo, me acerco a entrenar porque es algo individual y no depende de nadie más que de mí. Cuando tengo un rato libre, voy. Y, cuando hay competición, aprovecho y estoy ahí", explica sobre el día a día de sus dos pasiones. 
Y, hasta el momento, ambas son fructíferas porque esta semana recaló en el Marín Peixefresco femenino que militará en categoría nacional con la idea de alcanzar la Liga Femenina 2. A ello añade que ya disputó minutos en esta categoría con el Celta Zorka Recalvi, pero "en el último año entrené con ellas, aunque jugué en autonómica". Cambia de pabellón, pero continúa en la pista de Balaídos. En su palmarés atlético figura un subcampeonato de España con Galicia en 2016 y el Campeonato Gallego de 2018, la segunda posición del presente año e innumerales títulos a nivel autonómico de categorías inferiores. "No me marco objetivo, voy porque me gusta. Si, después, llegan resultados buenos, se aprovechan. No me digo: voy a hacer esto en el Campeonato de España. Eso no, pero si después llega una medalla o una buena marca, perfecto", expresa Freire sobre el enfoque que da al atletismo.
De hecho, esta temporada realiza encaje de bolillos para poder acudir a Balaídos para entrenar porque, además del baloncesto, "estudio Ingeniería de Tecnologías Industriales. Y no es de las fáciles". Una circunstancia que reduce su tiempo, pero "mientras pueda lanzar disco, lo seguiré haciendo porque me gusta. No voy a renunciar a ello". Y, también, Freire cuenta con la complicidad de sus entrenadores en la Asociación Viguesa de Atletismo. "Tuve mucha suerte. Son geniales porque siempre me dijeron: haz lo que quieras. Decide tú, si deseas entrenar más o menos. Ellos respetaron siempre el baloncesto y mi evolución", explica la discóbola y jugadora. 
Reconoce que el mundo del baloncesto lo prioriza al tratarse de un deporte de conjunto y también porque buscará el ascendo a Liga Femenina 2 con el Marín. Eso sí, sus compañeras "se sorprenden bastante cuando digo lo del disco porque indicas que es atletismo, pero la gente no conoce el disco. Piensa en correr. No sabe bien lo que es". 
La pista de baloncesto y la jaula de lanzamientos son modalidades diferentes, una colectiva y otra individual. Una de juego y otra de auténtico movimiento explosivo. Es el conjunto y la soledad, pero tiene ciertos aspectos similares. Cristina Freire lo limita a "alguna cosa. Los giros en el disco algo tienen que ver con los que hago en el poste cerca de canasta". 
No obstante, su entrenador, Pedro Fernández, que ya la dirigió en el Celta Zorka, encuentra muchos más puntos en común porque "le ayuda en muchas cosas. Para ser grande, es una jugadora muy coordinada y eso procede del disco. Es una técnica muy de pies y ella los mueve muy bien para su tamaño y peso. A eso se añade que de tren superior es muy fuerte". 
Una cualidad que puede ser determinante para su nuevo equipo, el Marín, que militará –si el Covid permite la disputa de la campaña–, en la tercera categoría del baloncesto español. "Su fuerza se nota en los bloqueos y también en el movimiento del balón. Es capaz de hacer pases muy largos y de mucha velocidad. La bola, con ella, se desplaza más rápido que con el resto del equipo", relata sin dudar Pedro Fernández, que  tuvo a Freire en las categorías inferiores del club céltico y ahora apostó por ella en la Ría de Pontevedra. 
De hecho, el técnico analiza la situación personal de su jugadora y también defiende que "hacer varias disciplinas se nota y completa al jugador porque le da habilidades diferentes al resto que sólo practica baloncesto. Para ser grande, se mueve bien. Su tamaño nos viene muy bien porque, por ahora, es la más corpulenta del equipo, pero también hace otras muchas cosas. Todo entrenador quiere a una jugadora así en su equipo", explica Pedro Fernández. Y no es todo, porque también explica que "se autoexige mucho. Esta acostumbrada a detectar esos pequeños errores en el disco porque pasa tiempo sola y, cuando le toca entrenar en el deporte colectivo, aprovecha esa auto exigencia para corregirse a sí misma". 
Y así, de la pista de atletismo a la cancha de baloncesto. Un día para lanzar un triple o capturar un rebote y otro para enviar el artefacto de 1 kilógramo de peso hasta los 37.88 metros, su mejor marca personal (2018). Este verano se quedó cerca al obtener la medalla de plata en el Gallego con 37.74 antes de enfundarse la camiseta del Marín Peixefresco.

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