No está siendo la temporada del Guardés. No al menos en Liga. El equipo miñoto transita por la competición con la peor clasificación desde que ascendió a División de Honor hace once años. Su rendimiento no es bueno y, de hecho, ha tenido partidos muy mejorables en lo que va de curso. No fue el caso del choque de ayer. El conjunto de A Guarda jugó a gran nivel frente a un conjunto como el Elche, que llegaba enrachado -con esta son ocho victorias seguidas-. En esta ocasión, ni la suerte tuvo un guiño. Giselle Menéndez tuvo la opción de, al menos, rascar un punto, pero su lanzamiento, el último del partido, murió por encima del larguero. Y con él las ilusiones de sumar en la vuelta a casa liguera.
Porque pasaron más de ocho meses desde la última vez que O Inferno puso puntos en juego. Desde aquel 25 de mayo, hubo una reforma, tres partidos en Tui -con tres victorias- dos intercambios de sede con Bera Bera y Zuazo y una inauguración continental -otros cuatro encuentros saldados con triunfos-. Y pese a la errática trayectoria liguera, la de ayer fue la primera derrota en casa del curso.
La vendió cara el Mecalia. Una fantástica primera parte, con Carratú y África Sempere a gran nivel, dio paso a una reacción del Elche, que remontó los dos goles de desventaja para ponerse tres arriba. El conjunto miñoto no se rindió. Levantó la cabeza y presentó batalla. Así se vivió un desenlace de los que generan afición al balonmano. Alternativas, aciertos, errores, incertidumbre. Solo faltó el final feliz para el Guardés. Sí lo fue para el Elche, que encontró el gol con la veterana Alexandra do Nascimento y lo evitó con las paradas de Nicole Morales, sublime en la segunda mitad. La derrota, combinada con la victoria de Beti-Onak ante Gijón, manda al Mecalia al noveno puesto, de play-out de permanencia.
