A Guarda rindió ayer homenaje al Mecalia Atlético Guardés con una recepción popular en la Praza do Reló. El equipo que se quedó a las puertas de una final, la de la Copa de la Reina, y de un título, el de la Copa Europea, comprobó una vez más que sus vecinos sí consideran que su temporada merece quedarse en la memoria colectiva, pese a que no la refrede ningún título.
Fue un acto cariñoso y emotivo, pues los guardeses saben perfectamente que gran parte de la plantilla no continuará el próximo curso. Pero A Guarda tiene la capacidad de quedarse en el corazón de todas y cada una de las jugadoras que pasan por el conjunto que preside Jesús López. Hubo discursos sentidos y aplausos y cánticos que han resonado durante todo el curso en A Sangriña. Y que seguirán sonando para animar a las que se quedan y a las que están por venir.
Entre estas últimas se encuentra la eslovena Blazka Hauptman, una apuesta de futuro del club que, a sus 21 años (16-8-2001) saldrá por primera vez de su país para jugar en el Guardés el próximo curso. Se trata de una primera línea diestra no demasiado alta pero con movilidad tanto ofensiva -puede ejercer de central- como defensiva. Procede del ZRD Litija, con el que pelea por acabar quinto o sexto de su liga.
