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Flores olímpicas de Castrelos

Alejandro Gómez, Estela Estévez y Carlos Adán se reunieron en Castrelos, el lugar de entrenamientos habitual durante su etapa profesional.
photo_camera Alejandro Gómez, Estela Estévez y Carlos Adán se reunieron en Castrelos, el lugar de entrenamientos habitual durante su etapa profesional.
Alejandro Gómez, que acudió a tres Juegos, Estela Estévez y Carlos Adán coincidieron en la cita de Barcelona 92

Tres atletas olímpicos que entrenaban en un parque de Vigo. En la actualidad puede parecer un auténtico sueño, pero hace poco menos de treinta años, en los meses previos a Barcelona 92, era algo habitual porque por Castrelos podría verse a Alejandro Gómez (11 de abril de 1967), Carlos Adán (22 de julio de 1967) y Estela Estévez (24 de febrero de 1965). Una etapa dorada en el atletismo gallego y también vigués. "Es muy complicado de repetir, pasa muy poco", reconoce el propio Adán. 

Una vida deportiva después, Gómez disfrutó de una trayectoria más larga en la élite del atletismo y, además de la cita disputada en la Ciudad Condal, en 10.00 metros, también estuvo en Seúl (1988, 5.000) y Atlanta (1996, 10.000). "Pudieron ser cuatro, pero tuve aquí el atropello en Castrelos. Que te quedes fuera de una cita así por algo que no puedes controlar como un accidente con un camión en el sitio de entrenar... Y, dentro de lo malo, que pudo ser peor", rememora el de Zamáns mientras observa el parque. Un momento malo, pero también en un lugar de muchos buenos. "Llevo tiempo sin venir, me vienen muchos recuerdos. Entra la nostalgia", reflexiona. 

Sobre la tierra del parque vigués, corazón del atletismo de fondo en la ciudad, Gómez preparó tres citas olímpicas y disfrutó "como un niño en los primeros Juegos. Ahí lo pasé muy bien, fui muy joven y resultó muy bonito. Convivir con gente de nivel es espectacular". Todo iba encaminado a estar en Barcelona, con 24 años a un gran nivel. "Acudía con muchas expectativas", reconoce Gómez. No obstante, "es el punto negro de mi carrera, me retiré. Y eso que estaba bien de forma". El vigués sucumbió víctima de esos procesos selectivos y su carga psicológica. "Me pusieron fijo después del Mundial, no corrí el Campeonato de España porque así me lo aconsejaron los médicos de ellos, y después me sacaron de la lista. Tuve que ir a Portugal a hacer una carrera a última hora, demostré que estaba muy bien y merecía el puesto". Sin embargo, en aquella cita no encontró el día a nivel mental. "Se me cruzó la cabeza", reconoce. Terminó con una sensación mejor en Atlanta. "Corrí con fiebre y entré en la final. No pude hacer más", sentencia. 

Mejores recuerdos guardan Estela Estévez y Carlos Adán. En su caso, la cita en España fue la única de su carrera. "Tengo el recuerdo de, cuatro años antes, ver a Alejandro Gómez en Seúl compitiendo allí y yo desde el sofá. Le decía a mi familia: yo nunca seré olímpico. En cuatro años me respetaron las lesiones y tuve la suerte de estar en manos de un buen entrenador como Julio Rodríguez. Con mi sacrificio y esfuerzo, puede ir", expresa un Adán que compitió en 10.000 metros. Después, sobre la pista, "pasó mucho tiempo, pero los recuerdos están frescos porque estaba toda la gente coreando mi nombre. Cada vez que pasaba por la recta y la contrarrecta así lo hacían". Finalizó undécimo su semifinal y no pudo meterse en la carera definitiva. 
Una actuación similar a la de Estela Estévez en los 3.000 metros. En su caso concluyó séptima de la semifinal. "Hice una carrera valiente para mí. Aposté para que la prueba no se durmiera porque había muchas atletas que así les convenía. No llegué a la final, pero aposté por correr y estuve en mis marcas y fue bien. Ya que estaba allí, aposté por ir rápido y quedé muy contenta", resume. Aunque más allá de lo deportivo, "los recuerdos son maravillosos. Se me quedaron grabadas cosas en la retina como cuando sales a la pista a competir y te encuentras a todo el estadio ovacionándote. Se te ponen los pelos como escarpias. No eres muy consciente del momento en el que estás porque te encuentras dedicado a ello como un profesional, pero al verlo después, compruebas todo lo que se implicó la gente y, especialmente, los que están cerca tuya". En su caso, después de la competición "aproveché la experiencia y pude ir a otras pruebas ya que estaba allí". Todavía a día de hoy, "conservo amistad de gente con la que coincidí en Barcelona", resume la atleta, discípula de Oliva Román. 

Los Juegos marcan y también el deporte. El trío vigués de Barcelona continúa en la actulidad ligado al atletismo, pero con un enfoque diferente. Carlos Adán continúa en el atletismo popular, colabora con Radio Marca y lleva un club. De hecho, continúa entrenando en Castrelos. "Llevo 33 años aquí y ya le dije a mis hijos que, el día que me incineren, quiero que algunas de esas cenizas, las entierren en el parque. Me dejé media vida aquí y con mucho gusto", relata. 

Estela Estévez también sigue ligada al atletismo popular, pero "con la faceta de enfocarlo a las relaciones sociales. Hago carreras populares, pero más por quedar con amigos y tomar una cerveza juntos". Además, "entreno a grupos de niños en escuelas deportivas y es algo que me encanta".
Alejandro Gómez continúa en la competición, pero de una forma diferente en el mushing. "En su día fui a populares, pero ya no estaba para esa exigencia de ir un día aquí y otro allí. A raíz de la muerte de mi padre, me regalaron dos perros. Comencé en el canicross –también hace bikejoring y patín– y hasta hoy . Estoy metido de lleno y es un deporte muy bonito, es algo precioso para la gente que le gusten los animales .

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