balonmano playa

Finalizar sin empezar

El central vigués del Novás Pedro Aymerich es un practicante habitual del balonmano playa en los veranos.
photo_camera El central vigués del Novás Pedro Aymerich es un practicante habitual del balonmano playa en los veranos.
La Federación Española ha cancelado la temporada de balonmano playa de este verano
Muchos deportes retoman poco a poco el paso tras los tres meses de paralización por la pandemia del coronavirus. Curiosamente, hay quien no podrá ni dar el primero. Esta temporada no habrá balonmano playa en los arenales españoles. La Federación ha decidido cancelar las competiciones porque entiende que no se puede garantizar la seguridad sanitaria de los deportistas. Algo que se extenderá a la Gallega, aunque todavía no hay confirmación oficial.
Es un palo grande para jugadores y clubes, que contaban con poder desempeñar su pasión en la arena, como cada verano. Sobre todo, teniendo en cuenta que la mayoría de los protagonistas actúan en la pista en los meses de temporada y en marzo vieron finalizada su actividad. De este modo, los clubes vigueses -el Veba y el Painkillers- se pasarán un verano en blanco muy a su pesar. "Nos lo tomamos con pena", apunta con resignación Leticia Rodeiro, presidenta del Veba. "Todos los veranos estábamos en la playa de ocho de la mañana a diez de la noche durante todos los fines de semana y este no será así. Es un cambio grande", lamenta la dirigente.
Aunque en menor medida que su hermano de la pista, el balonmano playa también es un deporte de contacto. Eso, unido a la posibilidad de que la bola impacte en el rostro de los deportistas y otra serie de contraindicaciones ha motivado que este año se quede en blanco para los practicantes de esta espectacular modalidad. "Los chavales lo llevan fatal, sobre todo los más pequeños", reconoce Rodeiro.
Tampoco se han planteado en el Veba hacer jornadas de convivencia, entrenamientos o actividades de esparcimiento. "Al final, tenemos jugadores en Lalín, en Pontevedra, en Vigo...", destaca Rodeiro, que, no obstante, desvela que sí que han valorado la posibilidad de hacer alguna sesión informal en el espacio que el Concello ha habilitado en Samil, detrás de las pistas de tenis, para la práctica de los deportes de playa.
Además de la pena deportiva, la cancelación de la temporada supone un golpe económico para los equipos. Y es que, al no tener fichas, no podrán percibir las subvenciones habituales. "Vamos a estar fastidiados, reconoce la presidenta del Veba. "Todo el trabajo del invierno buscando patrocinadores para la temporada se ha quedado en nada", lamenta Rodeiro.
Pese a ello, la supervivencia del Veba está garantizada. "Nuestro presupuesto para 2020 se queda ahí, guardadito, para usarlo en 2021", comenta Leticia, que no tiene duda de que pese al revés, el balonmano playa regresará con más fuerza el año que viene. Hasta entonces, precaución y paciencia. Que todo pasa. n

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