BALONMANO

Fin de clase en el pivote

Alba Dapena se abraza a Sarai Samartin, capitana del Porriño.
photo_camera Alba Dapena se abraza a Sarai Samartin, capitana del Porriño.
Alba Dapena se retira a los 30 años "triste, pero tranquila porque es la decisión que necesito"
Por sorpresa y tras recuperarse de una dura lesión de hombro derecho, pero la pivote del Conservas Orbe Rubensa Porriño Alba Dapena deja el balonmano en activo al finalizar esta temporada. El pasado sábado se despidió de la escasa afición que pudo entrar en el Municipal porriñés con lágrimas en los ojos. "Por ahora, la idea es dejarlo de todo. Me costó mucho tomar la decisión y, la verdad, es que el sábado, con la despedida, sí que lo pasé un poco mal. Llevo desde los seis años jugando y el balonmano es mi vida. Estoy triste por dejarlo, pero también tranquila porque es la decisión que necesito tomar ahora. Seguro que los primeros partidos me cuesta, como a todas. Quiero dejarlo de todo, lo que no sé es si dentro de un par de años me entrarán ganas de volver a jugar", relata la jugadora.
Alba Dapena, con 30 años, deja una trayectoria notable en el balonmano de Galicia. Fue internacional desde cadete a júnior con la selección española mientras militaba en el Guardés, su club de formación. Ascendió con el equipo del Baixo Miño a División de Honor y en 2014 recaló en el conjunto porriñés junto a su hermana Andrea, ya retirada. Precisamente, explica que su decisión no tiene que ver con ella. "No es por no estar mi hermana. El año pasado volvió, pero antes hacía un par de años que estaba sin ella. Sí que es un tema personal, me apetece más viajar y estar con la familia. Son cuestiones que, hasta ahora, no me costaban y sí las noto", explica Alba Dapena. 
El paso de los años y las dificultades para conciliar la vida laboral y la deportiva terminaron por llevar a la de O Rosal a dejar el balonmano en activo. "Saque la plaza de profesora y tengo mi trabajo, pero el balonmano es mi estilo de vida. Todo el tiempo libre se lo dedicaba. Cuesta tomar la decisión porque son tantos años que tienes miedo de no ver otra vida fuera del balonmano. Creo que es lo correcto por cómo estoy y por lo que el cuerpo me pedía", sostiene. Opta por parar, precisamente, en un bueno momento tras recuperarse de una lesión de hombro y elevar el nivel deportivo de forma notable en la segunda fase de División de Honor, en la que el Porriño ya aseguró la permanencia tras cuatro victorias y un empate. Todos los encuentros con una notable aportación de Dapena, pero la jugadora entiende que "cuesta mucho trabajar y estar a un nivel alto. Además, con el covid todo se hizo más difícil. Yo estoy como las demás, pero siento que no aporto lo suficiente para el nivel en el que estamos en el Porriño. Hay que dar el máximo y ya no me veo con esas ganas". 
De muy niña, a los 6 años, Alba Dapena comenzó en el balonmano y lo practicó hasta la treintena. Toda una vida en el deporte y más de una década en el de élite. "Mi vida es el balonmano, me dio todo y más. Todo lo que pude aspirar, lo tuve. Lo pasé muy bien, pero llegó el momento de hacer otras cosas", admite la pivote. 
En el plano deportivo, el club porriñés lo notará porque pierde a una jugadora de referencia y, probablemente, alguna que otra rival respirará un poco aliviada porque Alba Dapena pasa por ser una de las mejores defensoras de División de Honor: "Desde que llegué al Porriño, me ayudaron en todo y me dieron facilidad. Sólo puedo darle las gracias. Sí que fue un disgusto para ellos, pero entienden mi situación. Estaré fuera y ayudaré, pero como aficionada número 1". Lo hará tras 192 partidos en División de Honor y camino de los 500 goles, que no alcanzará por voluntad propia, salvo que opte por volver. Nunca se sabe.n

Te puede interesar