CELTA

El feliz precedente de Maxi Gómez

Maxi Gómez, en su primer día de trabajo en el verano de 2017.
photo_camera Maxi Gómez, en su primer día de trabajo en el verano de 2017.
 En verano de 2017, el Celta fichó al desconocido Maxi Gómez, un delantero uruguayo que iba a debutar en el fútbol europeo como una promesa por descubrir. Como su temporada terminó antes que la española, se determinó que el ariete comenzase a entrenar antes que sus compañeros. Exactamente, fueron 12 las jornadas que añadió a su calendario personal para intentar adaptarse a un ritmo de competición al que no estaba acostumbrado y a una exigencia física más alta.
Después, a su estado físico se sumó la lesión de John Guidetti, que entonces parecía el delantero destinado a la titularidad, lo que le permitió empezar la temporada con minutos. Enseguida vio portería y su rendimiento hizo que se mantuviese como el nueve de referencia del ataque céltico las dos temporadas que pasó en el equipo vigués. Después, se convirtió en la venta más elevada de la historia del Celta con su salida hacia el Valencia, operación en la que se incluyó el regreso de Santi Mina.

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